viernes, 28 de noviembre de 2008

I LOVE PARIS





Acabo de regresar de Paris.

En medio de toda la vorágine de acontecimientos que habitan ultimo trimestre de este año, un poco para desconectar y un poco para compensar las incomodidades que mi trabajo infringe a mi matrimonio, he decidido coger unos días de vacaciones y hacer un viaje.

Gracias a las compañías de bajo coste, viajar por Europa ya no resulta ni tan caro, ni tan difícil. Así que he buceado un poco en las páginas de Internet y he encontrado un vuelo a buen precio desde mi ciudad. Lo del hotel ha sido un poco más complicado. No solo tenia que tener un precio razonable –teniendo en cuenta que se trata de Paris-, también tenia que se encantador, romántico, “monísimo” y estar bien situado. Todo un reto.

Pero no hay empresa imposible, cuando se tiene voluntad y una cierta experiencia en esto de viajar. Tras varios intentos, encontré no menos de tres deliciosos hoteles en otras tantas zonas céntricas de Paris que ofertaban precios asumibles –que no baratos-.

Finalmente nos decidimos por un coqueto hotel situado en Le Marais, entre el Hotel de Ville y Saint Paul. No tiene más que 18 habitaciones y esta decorado al estilo francés del siglo XVIII, pero con comodidades muy actuales. Las habitaciones son un poco justas, pero muy acogedoras y el servicio es magnifico. Pero lo mejor de todo es su ubicación, que nos ha permitido desplazarnos por el centro de Paris casi todo el tiempo a pie.

Lo que mas me gusta de Paris es que puedes pasar del tipismo de la rue Mouffetart –poco frecuentada por turistas- a la contemporaneidad museo de quai Banly prácticamente en un paseo caminando.

Me encanta recorrer los pasajes cubiertos que atraviesan las manzanas de los grandes bulevares como túneles excavados entre grandes edificios y que crean una ciudad dentro de la propia ciudad. Espacios alejados del ruido de coches y transeúntes que permiten descubrir tiendas pequeñas y magnificas, junto a pequeños cafés llenos de quietud y encanto.

También me gusta ir de compras a Colette–paraiso de las compras cool –, aunque atendiendo a los precios del local, me tengo que conformar con una caja de lápices de colores de Pantone o una goma de borrar, sin embargo es un espacio en el que se pueden descubrir –en vivo y en director- las ultimas tendencias de la moda en un amplio catalogo de productos, que van desde la ultima edición luxury de un i-phone -3.500 €- hasta los mas sofisticados zapatos de Víctor y Rolf, -1.800 €- pasando por un extenso surtido de perfumes como los de Lab, que puedes crear a tu gusto combinando el amplio catalogo de esencias que te ofrecen -100 eurazos el frasco de 30ml- .La verdad es que me gustan esos sitios, y me resultan interesante-personal y profesionalmente-, pero confieso que con los años me empacha un poco ese atufante aroma de modernidad trendy que desprenden algunos de esos locales y me toca mucho las pelotas el aire de superioridad –de supermodernos- que caracteriza a sus dependientes.

En fin, han sido unos días fantásticos, pero hoy, en plenas vacaciones he recibido la llamada de mi secretaria-asistente-compañera o lo que sea, anunciándome que se ha roto el brazo y que no puede ir a trabajar. Así que tengo que desconectar el CD y abandonar a Falete imitando a Rocío Jurado y cerrar esta breve incursión en mi blog para volver a mi acogedora oficina y terminar todas aquellas cosas urgentes –ungentisimasssss- que se han quedado a medias.

Como dirían los franceses: C’est la vie. En los próximos días contare mas cosas de este viaje. Incluso puede que publique alguna de mis direcciones secretas

jueves, 13 de noviembre de 2008

Perdon.

CANCION





Desde que volví de mi famoso puente por la costa andaluza, no he tenido tiempo de asomarme a esta página para contar al mundo como me va. He estado tan ocupado con las cosas de mi trabajo, que no he tenido ni un minuto para escribir.

Supongo que mis escasos habituales sonreirán de soslayo poniendo en duda mis palabras, peor juro que es verdad. Estoy absolutamente agotado, he sufrido –y sigo sufriendo- el peor mes del año.

He tenido que afrontar tres actuaciones verdaderamente difíciles, y todavía tengo que acometer al menos otras tres campañas. No dispongo de más ayuda que la de mi auxiliar/asistente/colaboradora/secretaria o como quiera que le guste que la llame, y confieso que estoy al limite de la extenuación.

Estoy comiendo fatal, siempre a destiempo, con prisas, a salto de mata. Da igual que sean bocadillos de tortilla o solomillos de buey, al final me dejo la mitad y luego estoy destragado. Bebo lo que no debo y duermo poco y mal. Estoy nervioso, tenso. Tengo un aspecto ojeroso y, porque no decirlo, un poco ajado, tanto que no lo resuelve ni las cremas, ni las ampollas flash.

Adicionalmente tengo un carácter del carajo. Estoy irritado e irritable. Tengo que tener un tacto exquisito en el trato de los entornos profesionales y cuando estoy con la gente que me quiere resulta que todo o casi todo me molesta y salto a la mínima.

Dedico poco tiempo a quienes realmente me aprecian y me necesita, mientras que derrocho tiempo y atenciones con un sinfin de tontosdelhaba vinculados a mi ámbito profesional. Imperdonable.

Curiosamente, el tipo del despacho grande, el que esta frente a mi –físicamente- y por encima de mi –jerárquicamente-, esta contento y feliz con mi trabajo. No se si es porque le facilito todo tipo de medallas y méritos, o porque considera que a este ritmo no durare mucho vivo.

Confío en sobrevivir a estos agobios y compensar a mi gente como pueda. La verdad es que si les fallo a ellos, todo lo demás no tendrá ningún sentido. Prometo arreglarlo. Solo espero que en este rato –largo- no se harten demasiado de mí. De todos modos, vaya por delante estas letras pidiendo perdon.


lunes, 13 de octubre de 2008

Puente

Por razones que no me son imputables, he pasado el fin de semana en Andalucía. Concretamente en la ciudad donde vive y trabaja el novio de mi ex.

Dada su ocupación profesional y el sentido de mi visita, coincidimos en un acto. Fue fugaz, y no hizo falta que nos saludáramos personalmente, ni tan siquiera creo que supiera que yo estaba allí.

Mi ex si lo sabía. Cuando se percato de mi presencia se le descompuso el gesto. La verdad es que no quedaba claro si quería morirse, si deseaba matarme o ambas cosas a la vez.

Cuando el miércoles le advertí de nuestra posible coincidencia allí, me “sugirió” que no lo hiciera. Cuando comprendió que su intento era vano, me amenazo sutilmente. Como se dio cuenta de que ni con esas me iba a disuadir, simplemente manifestó su desprecio y trató de ofenderme. Eso si, con la discreción y la moderación que le caracteriza: “tu veras lo que haces........” seguido de una retahíla de reproches punzantes y afilados.

Me dio igual. Asistí al acto y pude ver personalmente a su novio. Y me jodio.

El tipo no es nada del otro mundo. Una mezcla entre Clind Eastwood y Fofo –según descripción que no es mía-. Cercano a los 60, enjuto, surcado de arrugas y con aspecto un tanto ajado. A no ser que sea una especie de Nacho Vidal, no destacaba precisamente por sus grandes atractivos físicos. Supongo que debe tener otras virtudes, de las que sin duda yo carezco.

Quizá por esa razón me sentí jodido. Supongo que lo debí hace bastante mal para que me dejara marchandose con aquel tipo. Aun no se en que fallé –a parte de no dejar a mi mujer y a mi hijo por ella, claro-, no se que hice tan mal, ni cuanto le pude joder, pero el hecho es que me hizo sentirme mal, un poco miserable.

Después de ese revelador encuentro y con sus reproches resonando en mis tímpanos, no me quedo otro remedio que irme de tapas con mi familia y mis amigos. Me sumergí aquel ambiente de desenfado, peleándome con los niños y discutiendo sobre restaurantes, dejando que, poco a poco, el cariño y la cotidianeidad me arroparan.

Aunque ellos no lleguen a saberlo, su afecto es el único bálsamo que desinfecta el odio mis heridas y cura mis dolores.

PD. No tengo msn, pero dispongo de una estupenda dirección de correo electrónico para su uso. Así que nada de sustos. Soy un tipo temerario e intrépido. Estoy esperando. ¿Quién tiene miedo?

martes, 23 de septiembre de 2008

Cumpleaños

Cielos!

Nadie me lo había advertido! Hace un año y dos días que me asomo a este rincón virtual del universo para gritar mis quejas, llorar mis fracasos y vaciar mi alma ante un auditorio indefinido y en su mayor parte indiferente.

Hace un año. Y yo no he tenido la cortesía de montar una fiesta, de destapar champagne (adoro en Champagne francés) y brindar.

Claro que brindar….¿Con quien? No se si hay muchos o pocos. No se si a alguien le interesa esta historia y vuelve mas de una vez, o simplemente se topa con mi pagina al teclear la palabra culo en Google.

Bueno, he de reconocer que al menos hay dos personas que me leen de forma habitual. Aunque si he de ser sincero a una de ellas la obligo a leer estas líneas, razón por la cual no se si me sigue o soy yo quien tira de ella usando estas paginas como correa y collar.

También es cierto que antes tenia una tercera persona que me seguía de forma mas o menos frecuente, peor ultimadamente ha desaparecido. Con lo que podríamos decir que he perdido la fidelidad de un 33% de mis lectores.

Con estos antecedentes (un tercio del público secuestrado y otro tercio desaparecido) el lector ocasional podría imaginarme sentado en una caseta de la Feria del Libro esperando hora tras hora, y firmando una y otra vez mi “obra” para mi único lector.

Pues bien, el lector ocasional puede imaginarme como mas le plazca, a mi, personalmente me importa un carajo. Basta con que ese lector habitual me lea para que crea que vale la pena seguir escribiendo. Es mas, auque tampoco ese lector lo hiciera, después de un año haciendo esto siento la necesidad de salir al mundo y contarle a quien me quiera oír lo que siento.

Gracias por escucharme.

PD : Quizás este es el momento de liberar a mi secuestrado lector de su penosa obligación y de confesar a quien le pueda interesar que no tengo 42 años (como dice mi perfil) tengo 45.

Variaciones sobre el mismo tema

Cotti.
Últimamente me pasa como al tabaco: todo el mundo me dej. Eso si, por razones multiples y variadas, (laborales, familiares, sentimentales, emocionales…..).
Lo peor es que cuando te dejan, todos lo hacen por las motivaciones mas nobles: “es una oportunidad” “te quiero demasiado” “No quiero hacerte sufrir”; “necesito mi propio espacio”, etc.…… Parece que lo hacen contra su voluntad, obligados por una fuerza irresistible.

Quizás por eso siempre eres “la persona mas importante de mi vida” “el hombre mas sensible que he conocido nunca” “el mejor de mis amigos” y resulta que “nunca conoceré a nadie como tu” o “nunca habia disfrutado del sexo hasta que tu me lo descubriste”….

Y por eso “siempre me querrán”; “cada día me acuerdo de ti”; "No sabes como te echo de menos” y “ para mi siempre serás muy importante”

La verdad es que cuando eso ocurre, termino por creerme cada una de esas tiernas y compasivas frases. Solo que con el transcurrir del tiempo me siento como esa delgada cinta de raso rojo que adorna el ojal de los miembros de la Legión de Honor francesa:

Pequeño, fragil, rojo, caduco, extemporáneo y ajado, muy ajado.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Princesas

Cancion

La vi ayer por la tarde. Salía del despacho de mi abogada. Estaba extremadamente delgada, con un aspecto desaliñado y sórdido. Su mirada perdida en el vacío, pasó junto a mí y no me reconoció.

No tenía nada que ver con la chica alegre y despreocupada que había conocida un par de años atrás en el restaurante de sus padres. Más que guapa, era resultona. Tenía un cuerpo esplendido, con el poderío físico que leotorgaban sus dieciocho años.
Recorría las mesas con desparpajo, siempre atenta al servicio, despilfarrando sonrisas y sorteando las bromas maliciosas de algunos parroquianos. Nada que ver con el espantajo con el que ayer me cruce en el despacho.

Inmediatamente detrás de ella caminaba su madre: la mirada hundida y triste, los ojos irritados de tanto llorar y el alma destrozada por la pena. No me atreví a saludarla. Ella no me vio o no quiso verme, tanto da. La pena, la vergüenza, el sufrimiento la cubrían de arriba abajo, impidiéndole ver al resto del mundo.

La imagen de ambas mientras salían de aquella sala -una tras la otra, con la mano de la madre sobre los hombros de su hija- me recordó una de esas piezas de la Pietá, inacabadas y dolorosamente tristes.

Me acordé entonces a mi hermana muerta. Reviví el calvario de su angustia, de su drama. Recordé aquel suplicio, la tortura de mis padres, su abatimiento, su desesperanza.

Me ví a mi miso, lleno de rabia y de ira. Odiándola a ella, a sus adicciones, a sus amigos/verdugos. Clamando a todos los cielos, maldiciendo a todos los dioses. Solo, impotente y desesperado.

Y luego su muerte. El sentimiento de culpa, la sensación de no haber sido capaz de salvarla. La impotencia y el dolor. El estrepitoso dolor de mi madre que casi la hace enloquecer. El dolor mudo de mi padre, que le hizo morir poco a poco durante los siguientes dos años, hasta que se consumió la llama de su vida por completo.
Han pasado veinte años desde aquello y aun me duele. Todavia no soy capaz de hablar abiertamente del daño que desde entonces me aflige.

Quizás por eso, cuando asisto a alguna de esas cenas trendies, llenas de gente guapa, insentata y supertodo, no soporto encontrarme el aseo lleno de tipos/tipas haciendo cola para meterse un tirito y siento un irrefrenable deseo de correrlos a bastonazos.

Quizás por eso, cuando tengo que escuchar estúpidas conversaciones diciendo que “hay que probarlo todo” o que “por una vez…..” No puedo evitar comentar en voz alta y clara el asco que me da esa gente.

Y es que hay cosas con las que voy a ser muy intransigente durante toda mi vida. Que se va a hacer.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Agobios

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos –
esa muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, cara esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.
Cesare Pavese



Mi amigo JC escribe un artículo sobre el Centenario de Pavéese y lo inicia con el primer verso de este poema.

Hoy me siento un poco como se sintió el escritor piamontés al escribir esas líneas. No soy tan depresivo como él –ni tan deprimentemente genial-. Tampoco me agobia ese malestar existencial que caracterizó su vida, si embargo hoy siento un cansancio inmenso, una opresión que me ahoga y una desesperanza atroz.

Ya se que el bueno de JC diría –con esa sorna genial que le acompaña- que lo mío son gases, que tanta opresión no da ni para una agina de pecho. Sin embargo llevo varios días enfadado con el mundo y me siento agotado, exhausto física y anímicamente. Seguro que no es más que un poco de flojera melancólica mezclada con los efectos del sobrepeso, fruto de los excesos veraniegos

Nada que no cure unos ejercicios respiratorios, un poco de dieta y “los versos del Capitán”.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Maravilloso.

CANCION



De vuelta a mi oficina, levanto la cabeza y el paisaje resulta desolador.
El despacho grande -con su incombustible morador-, las caras adustas de las secretarias y el diseño minimalista del mobiliario hacen que mi mente vuele cruzando el mediterráneo hasta alcanzar la Toscana. Cierro los ojos y recuerdo sus carreteras llenas de viñedos, el estilizado perfil de San Gimigniano y sus altas torres, las verdes colinas de San Casciano, un almuerzo en una pequeña plaza de Panzano, la paz que se respiraba en el coqueto claustro de la Pieve de San Leonino, la delicada mirada de la imagen de la Anunziata en la basílica de Santa Maria, El campo del Palio, las espectaculares puestas de Sol en Il Poggiale.

Tanta belleza, tanta calma, tanta paz………

Hoy sin embargo he vuelto a “mi casa”, a este espacio austero y moderno en el que trabajo, vivo y muero un poco. La vuelta ha sido como esperaba: fría, desangelada, incomoda. Las mismas prisas, las mismas tareas urgentes, las mismas frustraciones, la misma desesperanza.

Cuando echo una mirada a mi entorno (personal, profesional, emocional) veo como vuelven a atacarme los mismos ninguneos, los olvidos de siempre, los antiguosfracasos, las eternas angustias. Nada cambia, todo sigue igual. Vamos a necesitar una inyección extra de optimismo para volver a empezar….

Quizá algo de sexo furtivo y salvaje, podría infundirme el ánimo necesario….. Mientras me conformare con escuchar a Giannia Nannini y recordar la Toscana, que seguramente lo mas bello que me ha pasado en los ulitmos doce meses

jueves, 14 de agosto de 2008

CANCION


En estos dias hace un año que me partieron en corazon. Me lo rompieron en mil pedazos. Creia que mi desdicha valdria la pena si ella encontraba la felicidad. Ayer la felicite y su respuesta fue: ¿Por que?

Supongo que la felicidad atonta un poco. LA desdicha solo jode

martes, 12 de agosto de 2008

Aigüa Freda

CANCION



Desde el extremo norte del mediterráneo español, en el Ampurdça, y en pleno cruce de declaraciones entre el Gobierno del Estado y la Generalitat, me encuentro sentado en un chiringuito (xiringuito) al borde del mar en la idílica Cala de Aigüa Freda. Un Gin&Tonic y un espacio wireless me ofertan la ocasión de comunicar al mundo mi estado de quietud y paz.

El paisaje es delicioso, la temperatura agradabilísima, el sol brilla en lo alto, el mar esta en calma y el agua esta fría como la copa que me estoy tomando. Todo es bienestar e idílica belleza.

Como dice la buena de Mar, he apostado por vivir y no pensar, aunque tanta paz y tanta felicidad comienzan a ponerme un poco nervioso. Buena prueba de ello es que le he pedido prestado su ordenador a mi compañero de mesa para poder asomarme al cibermundo, con la vana excusa de “consultar mi correo”.

En tan beatifico estado, he recibido un par de llamadas, una era de un buen amigo que me ha invitado a ver el campeonato de Formula 1 de Valencia el próximo día 24. La otra ha sido la de otra buena amiga (y mejor amante) que me ha llamado porque “me echa de menos” y para contarme que ha quedado con un amigo común para cenar (“nada serio” ….). En realidad, me ha llamado para informarme de que va a acostarse con el, pero dicho con la típica sutileza que las chicas usan para estas cosas……

Pues que lo disfrute. Al fin y al cabo no es ni mi mujer, ni mi novia y lo nuestro no es mas que un polvo (o polvos) ocasional. De otro lado, ya me estoy acostumbrando a que me dejen. Con el tiempo (calculo que entre septiembre y primeros de octubre) volverá diciendo que me echa de menos, que nunca ha sentido como conmigo, que si patatín, que si patatan… O quizás no? Quizás ha encontrado al hombre de su vida y por fin se decide a dejar a su marido y lanzarse a la aventura de vivir su propia vida. ¿Quién sabe?

A estas alturas del partido, ya no me creo nada. O me lo creo todo, que al fin y al cabo es casi lo mismo. Al fin y al cabo desde esta parte del mediterráneo sensato y reflexivo, todo puede ser.

viernes, 8 de agosto de 2008

Pensar.

Finalmente ha llegado el día de las vacaciones. Confieso que estaba agobiado. Ha sido un año muy largo, -o al menos así me lo ha parecido-, muy duro y plagado de cambios. Ha sido un año difícil, sin embargo he sobrevivido.

Ahora necesito alejarme, tener perspectiva, repasar mi vida a lo largo del ultimo año y tomar algunas decisiones. No es fácil decidir, pero supongo que ser adulto es tener que decidir, y yo ya tengo una edad…

Espero disfrutar de dos o tres libros, de los paisajes de L’emporda y la Toscana. Deseo disfrutar de un vaso de vino sin prisas, caminar por la orilla del mar a primera hora de la mañana, dormir la siesta o jugar al Monopoli con mi hijo.

Devolverles, a el y a mi mujer, el tiempo que les he robado. Alejarme de la monotonía y de ritmo del quehacer diario y vivir a otro ritmo. Estoy seguro de que al cabo de tres semanas echare de menos mi mesa, mi teléfono y mi rutina diaria, pero de momento quiero descansar de todo. Necesito descansar de todo.

Curiosamente hoy he recibido la llamada de tres mujeres a las que quiero mucho y con las que durante este año he compartido sentimientos, amores, dolores, sexo… -con cada una cosas distintas-. Todas ellas se han despedido de mi, como si el verano fuera a hacer desaparecer al tipo que soy. Como si no esperaran verme mas… O como si me echaran de menos, no se.

Tengo mucho que pensar este verano. Y que decidir.

Buenas vacaciones

domingo, 3 de agosto de 2008

Canicula estival

Cancion



Me ha encantado leer tu comentario. Produce una sensación deliciosa saber que alguien se preocupa por mi. Siempre he dicho que lo único común a los seres humanos es que todos queremos que nos quieran. Y que nos quieran mucho.
A mi me encanta sentir que me quieren, que se interesan por mi, que se preocupan.... Por eso los pequeños gestos como tu comentario, me hacen sentirme muy bien.
Si. Estoy aqui. Estoy mas ocupado, con las rutinas alteradas -casi rotas- pero estoy aqui. Tardo más en escribir porque no encuentro el momento, pero sigo con mis dolores, mis tristezas, mis aventuras, algunos amorios y un par de relatos sexuales dignos de ser publicados. Prometo intentar hacerlo esta semana. Luego me espera L'empurda y La Toscana, y dado que mis capacidades tecnológicas son limitadas, no creo que desde allí pueda publicar nada.
Sin embargo, prometo anotarlo todo para contarlo despues. Es un viaje planificado para los sentidos, un viaje para dejarte querer y para disfrutar de las mejores cosas de la vida: el paisaje, la quietud, el vino tinto, la pasta y la butifarra, la gente, los out-lets de moda, y la compañia y el amor de "los mios".
Echo de menos tiempo para compartirlo con ellos, disfrutar unos dias juntos, hasta que llegue el dia en el que estemos hartos unos de otros,,,,,,,,
Ya os lo contaré.
Felices Vacaciones y Feliz Verano,

lunes, 21 de julio de 2008

Adicto.

Cancion



Una persona puede sentirse sola, aún cuando mucha gente la quiera
Del Diario de Ana Frank



El verano tiene efectos negativos sobre mí. Y sin embargo me gusta. Supongo que a simple vista parece una contradicción, aunque seguramente se trata más bien de otra de mis múltiples adicciones. -Adicción: (Del lat. addictĭo, -ōnis).1. f. Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas, o por la afición desmedida a ciertos juegos.-

Entre otras muchas cosas, soy adicto al queso, al chocolate, al tinto –sin discriminaciones xenófobas o racistas por razón de su origen-, al Gin&Tonic, a los puros –preferiblemente dominicanos-, a las camisas, a los perfumes de Guerlain y de Hermes, a las mujeres inteligentes –ellas no sienten la misma adicción-, al sexo, al sexo con mujeres inteligentes, a enamorarme de quien no debo, etc…

El caso del verano es una adicción muy especial, es lo que podríamos definir como una adicción paraguas que da cobertura a un buen numero de pequeñas adicciones. El verano me incita al consumo de helados, a salir a cenar, a disfrutar del cava muy, muy, muy frío. Me incita al sexo, a la holgazanería, a trasnochar, a dormir la siesta…….El verano rompe la disciplina del resto de año y me gusta, pero a la vez me hace sentir mal: engordo, no soy muy productivo, resulto un poco mas infiel que de costumbre y al final, me siento culpable por todo ello, un poco solo y bastante triste.

Es cierto que nunca he sido demasiado voluntarioso, sin embargo el verano secuestra la poca voluntad que me queda para hacer cualquier cosa. Alguien me recomendaba -no hace mucho- que con “un poco de voluntad”, dejando el queso, los gin&tonics, el vino y norecuerdoquemas, seguro que perdería peso y me ponía estupendo.

Supongo que si tuviera ese “poco de voluntad” lo usaría para deshacerme de otras adicciones mas dolorosas e implacables. Aunque supongo que las nuevas prioridades del resto de mi mundo me harán –poco a poco- tomar consciencia de lo insano de alguna de mis adicciones.
Feliz Verano

viernes, 11 de julio de 2008

Verbena

Cancion


He estado de verbena. La Verbena de la Virgen del Carmen. Desde hace mas de 30 años, cuando el Club Náutico del que soy socio organiza esta Verbenea, es como si dieran el pistoletazo de salida del verano, del verano de mi niñez y mi adolescencia, del verano de la felicidad.

Recuerdo el año que cumplí 14. Como cada verano acudí puntual a la cita de la verbena del Club. Fui andando desde casa, acompañado de un nutrido grupo de amigos. Por entonces yo era inseparable de mi amigo Pepe, Pepito. Una vez allí, conocimos a unas chicas de Elda y yo –que soy tonto del culo- me enamore perdidamente de una de ellas.

Era mayor que yo, morena, de pelo largo y con unos ojos precios. Era seria, formal, casi seca, con vocación de mandar y enseñar –no obstante ha terminado siendo maestra-. Salía con un chico mayor que ella, de buena familia y muy, pero que muy formal. Sin embargo, aquella noche nos miramos, nos quedamos embelesados y pasamos el rato charlando sin atender a la hora.

La acompañe a su casa y por el camino nos cogimos de la mano. Aun hoy, recuerdo aquella ocasión, como un momento delicioso y tierno –aunque excesivamente sudoroso-. Su padre nos espero atento desde el bacón y cuando me beso –porque me beso ella- escuchamos un grito áspero y agresivo que nos helo la sangre. Salio corriendo y no volvió al baile del día siguiente –estaba castigada- Sin embargo aquel verano, fue nuestro. Le pedí que “saliera” conmigo y cuando me dijo que si, creía que me moriría.

Nunca me había hecho caso ninguna chica y ella me miro y me dijo que “le gustaba”. Me sentía el rey del mundo y al final de aquel mes de agosto –como siempre pasa en estos casos- cansados el uno del u otro e incapaces de sostener una relación, por la edad, la inmadurez y nuestra propia adolescencia, “cortamos” y nos quedamos jodidos y solos.

Transcurridos mas de 30 años, aun la veo por la playa algunas veces no puedo evitar sentir una profunda ternura. Suele ir acompañada de su hija. Se ha casado un par de veces y tiene un aspecto más serio y más estricto del que tenia a sus 14 años, sin embargo cuando la veo, toda mi adolescencia se me viene encima, sin piedad, y me siento mayor y un poco triste de la mano de los recuerdos de aquel niño que fui.

Treinta años después, la Verbena de la Virgen del Carmen me acerca al mar, a mis recuerdos, a mi adolescencia y a viejas felicidades.

jueves, 10 de julio de 2008

Coplas


El pasado mes de junio, recibimos la visita de unos amigos de Chile. Son una pareja mayor, en el filo de la jubilación, con una larga y apasionante historia personal. De una cultura extensa y sofisticada, depositarios de un profundo compromiso político con la libertad y la justicia, han sufrido destierros, persecuciones y hasta cárcel en los no tan lejanos tiempos de la oprobiosa dictadura fascista de Pinochet.

Después de todos esos sufrimientos, duele comprender que Pinochet y los suyos no son mas que una panda de “asaltacorrales” que no tuvieron mas patria ni mas ideología que el dinero y el poder.

Una noche les invite a mi casa, decoramos el salón con velas, preparamos una mesa con todo detalle y servimos una cena muy española. Como Al final de la primavera descubrí a Concha Buika y me encanto, para ambientar la cena comenzamos con el último CD de esta deliciosa cantante y R. que así se llamaba la señora, quedo prendada se su voz y de cómo versionaba las coplas de Quintero, León y Quiroga.

Desde luego yo no soy un especialista en Coplas, y tampoco soy muy ortodoxo –ni en eso ni en nada- pero en los últimos tiempos he vuelto a escuchar Copla, que tan abandonada tenia desde que nos abandono Carlos Cano. He descubierto gente tan interesante como Estrella Morente, los Habichuelas, La Tana, Pitingo, Buika o Javier Limón, amen de Falete, que me parece, un digno alumno de la que fue “la mas grande”, aunque sin pasarse.

Ni que decir tiene que mi amiga R se llevo el CD de Buika y el ultimo de Diego el Cigala, que le vamos a hacer….. A cambio recibí su enésima invitación para visitar Chile en el próximo mes de Diciembre, y esa vez creo que vamos a aceptar su gentil invitación, Me apetece disfrutar del verano austral en plena Navidad.

Creo que hice un buen cambio: dos CD por una estancia en Chile! Fantástico, sobre todo si consideramos que El PAIS ha vuelto a poner a la venta el de El Cigala y que el de Buika lo puedo comprar en la FNAC…..

Bromas aparte, lo mejor de todo, es la impagable ocasión de recorrer la geografia de Neruda compartiéndola con alguien a quien intelectual y emcionalmente admiro y quiero.

miércoles, 9 de julio de 2008

Volver




Un amigo, un amigo de verdad, es un tipo que te quiere y al que quieres. Es alguien capaz de entenderte sin que tengas que decir una palabra. Es quien se sienta a tu lado. Es paciente contigo, es amable, no lleva la contabilidad de tus desaires, te aguanta y aguanta tu mal humor, tus malos modos. Espera a que todo pase. Se alegra de tus exitos y sufre con tus fracasos. Se preocupa por ti y te escucha. Te escucha en silencio, aunque no tengas ganas de decir nada, sabiendo que para cuando quieras decirle algo, o quieras llorar, el debe de estar allí.


Por eso, hay veces que cuando te sientes solo, dolorido y desconsolado, vuelves la vista a tras y solo atisbas a ver la sombra de ese amigo. Entonces te sientes aun peor, te sientes casi un miserable, sientes que solo lo buscas cuando algo no va bien, cuando nada va bien. Sin embargo el sigue ahí, sin inmutarse, sin echarte nada en cara. Se sienta a tu lado y te invita a que le cuentes con un simple “¿Cómo va todo?”


En alguna medida esta bitacora es para mi como ese amigo. De vez en cuando me alejo, me embarco en mi propia vida y me olvido de contarle, de escribirle. Y al cabo del tiempo, cuando me siento mal, corro a su abrigo virtual para decirle “Estoy jodido” y a partir de ahí, desahogarme, llorar o reir entre sus paginas.


Hace más de un mes que no asomo mis sentimientos por aquí, y la verdad es que ha habido de todo. Han sido las fiestas de mi ciudad y ha sido fantástico, absolutamente, por muchos motivos. He tenido ocasión de recibir a amigos que venían de lejos y he podido compartir con ellos momentos muy agradables. Ha finalizado el curso y he visto como mi hijo se sentía orgulloso de sus resultados –y mas orgulloso aun-. He sufrido la Eurocopa y he seguido con verdadera admiración la campaña de marketing que puso en marcha el canal Cuatro -¡Podemos!-.

He seguido padeciendo la indiferencia, la desconfianza y la estupidez del tipo del despacho grande de enfrente. La marcha de un buen amigo a otro destino me ha causado verdadera amargura y no poca zozobra. Y finalmente he vuelto a cagarla, clavando algún clavo mas en el ataúd de olvido y frialdad que poco a poco amenaza con sepultar lo que algún día fue un gran amor..

Con todo y con eso sigo aquí, trato de sobreponerme a todo. Busco algún rato para escaparme a la playa solo y disfrutar de unos rayos de sol y de la brisa. Intento adelgazar –con más voluntad que éxito- He reducido mi ingesta de Gin&tonic, intentando rebajar mi peso, he comenzado a caminar/correr, aunque mi esguince me esta matando y trato de encontrar en las rebajas alguna de esas camisas maravillosas que hacen que un día normal se convierta en un día perfecto. Pero ni encuentro la camisa, ni me veo mejor. Me siento viejo, feo y gordo, aunque aun aparezca por las esquinas de mi vida alguna mujer que diga que estoy “muy bien”.

martes, 27 de mayo de 2008

Un amigo

Hoy me han dicho –confidencialmente y off the record- que uno de los principales directivos de mi empresa se marcha. Me he quedado de piedra. No sólo porque se trata de un excelente profesional cuya marcha va a hacer daño a mi organización, sino porque es una gran persona y sobre todo porque es uno de mis mejores amigos- uno de mis pocos amigos-

Era de esperar que con la llegada de Capataz zafio y engreído que ahora ocupa el despacho grande, estas cosas empezaran a pasar. Cuando se es mediocre, desconfiado, ambicioso, ruin y miserable, no se lleva nada bien tener a tu lado a gente valida, comprometida, con conciencia y con ideología –sobre todo si es la suya-

Ya hace tiempo que se veían venir tiempos difíciles, pero con esto, las cosas van a empeorar mas de lo que esperábamos, -tal y como anunciaba el santo de Loyola en sus “Ejercicios Espirituales”- Así que no nos queda mas remedio que amarrarnos los machos y aguantar. Sólo la esperanza de que a cada cerdo le llega su San Martín, me ayuda a ser paciente.

Bueno eso y que el Amo de la Finca, parece que no termina de fiarse de su capataz y le ha colocado un perro de presa en el despacho de al lado, para controlar sus movimientos. Va a ser divertido cuando empiecen a lanzarse dentelladas para ver quien la tiene más grande –la ambición, claro-.

Lo triste es que toda la gente a la que quiero se va. Unos ahora, de repente y sin avisar. Otros son la crónica de una marcha anunciada. En cualquier caso, se van y yo me siento terriblemente solo.

jueves, 22 de mayo de 2008

HIJOS.

Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos,
que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.

Esos Locos Bajitos
Joan M. Serrat



Tener un hijo es, probablemente, lo más importante que he hecho en mi vida. Supongo que todos los padres –con enorme pazguatería – pensamos que nuestros hijos son geniales, maravillosos. Yo también.

Ayer tuve un día complicado. Lleno de tareas/compromisos –personales, profesionales, familiares- y salpicado de discusiones conyugales. Mi principal problema es que no digo a nada que no, así que voy acumulando compromisos que procuro encajar como puedo en la trama horaria del día. Consecuentemente voy arrastrando retrasos y acumulando incumplimientos, lo que se traduce en malas caras, disculpas, y estrés. Mucho estrés.

Una de las tareas que tenia asignadas ayer, era la de recoger a mi hijo, llevado a música y luego recogerlo. Como quiera que tuve una comida de trabajo con dos magníficos diseñadores, se me fue el santo al cielo y llegue tarde. Tuve que llamar a la madre de un compañero de su clase y pedirle que se esperar un cuarto de hora. Finalmente fueron casi 30 minutos y aunque la mama en cuestión estuvo sonriente y amable, mi hijo tenía una cara que le llegaba al suelo.

Corriendo fuimos a comprar la merienda y a clase de piano. Lo deje allí y aproveche los 90 minutos de formación para quedar con una persona, a la que quiero mucho, para tomar una copa. Necesitábamos hablar y hablarnos, así que fueron dos copas. Concusión: volví a llegar tarde para recoger a mi hijo.

Como el almuerzo con mis amigos había generado la primera tormenta conyugal del día, al objeto de minimizarla decidí pasarme por el supermercado del El Corte Ingles y suturar el roto con unos percebes, algo de quisquilla, un buen jamón y rioja.
Sinceramente no sirvió de mucho, puesto que mis incumplimientos y retrasos pesaron más que mis intentos de zurcido. Solo al final de la noche conseguí alcanzar un breve armisticio, que al menos me concede tiempo para bajar la guardia.


Pues bien, fue durante la compra en el súper, cuando surgió –no se como- una conversación sobre la muerte. Mi hijo, que apenas tiene 10 años se siente muy impresionado y absolutamente encogido con este tema. Como no se ha educado en ninguna fe religiosa, afronta el hecho de la muerte como un final trafico y sinsentido. No quiere hablar de ello nunca, pero es consciente de que es una realidad inminente en su entrono, pues comprende que sus abuelos tienen una edad que les hace candidatos a desaparecer en un periodo de tiempo mas o menos breeve –ojala y sea largísimo-.

Cuando le dije que este era un tema del que debitamos hablar y que teníamos que afrontar como un hecho natural, irremediablemente unido a la vida, se echo a llorar. Estaba completamente descorazonado, lo abrace, me abrazo y le pregunte el porque de su llanto. Me miró muy serio, triste y con los ojos llenos de lagrimas:

- “Es que me tengo que morir y yo no quiero morirme”


Nuevamente se puso a llorar abrazado a mí. Entonces se paro, me miro de nuevo y me dijo:

- “Supongo que los que son religiosos sufren menos por esto, al fin y al cabo ellos creen que después de la muerte hay algo.”

No supe que decir. Estaba totalmente noqueado. Al cabo de unos segundos solo acerté a buscar la formula para cerrar el tema y le dije:

- “No te preocupes, queda mucho tiempo para que nos tengamos que morir, y antes todavía tenemos que hacer un montón de cosas juntos”

Me abrazo, me beso y me dijo:

- “Eres el mejor padre del mundo y te quiero.”

Lo abrace y me sentí muy feliz. Ahora mientras lo escribo lloro. De emoción.

viernes, 16 de mayo de 2008

GWENDOLINE

ENLACE PITINGO


En pleno ataque de nostalgia, buceando por YouTube me asalta este video de Pitingo. Y me dan ganas de llorar.

No, no es que la musica sea mala, al contrario, el tipo es genial y tiene una voz impresionante, lo que ocurre es que me abren las carnes de la melancolía y el recuerdo.

En realidad yo nunca había escuchado la letra de Gwendoline, o por lo menos nunca la había escuchado con la perspectiva que tengo hoy y con todo el camino que he recorrido.

La música de Gwendoline esta irremediablemente unida al recuerdo de mi padre. Yo debía tener unos 9 años cuando me regaló un reproductor de cassette, como premio por haber acabado el curso con buenas notas. Todavía recuerdo aquel cacharro con su funda de cuero para llevarlo colgado.

El aparato vino acompañado de un par de cintas, una de Julio Iglesias, que incluía esta canción, y otra de Serrat, que contenía Penélope y Fiesta. Para mi la musica portátil y programable fue un enorme descubrimiento.

Pase parte de aquel verano en el campo, en casa de mi abuela. Escuchaba aquellas cintas a todas horas, creo que todos acabaron hasta el gorro de mí y de mi musica.

Mi padre tenía cuarenta y tantos, mi madre conducía un Mini amarillo, mi hermano apenas era un mocoso y yo pasaba mucho tiempo con mi abuela. Fui muy feliz entonces y hoy echo de menos aquel tiempo. Un poco, sólo un poco.

FIESTAS

Cancion


Hoy me han llamado para preguntarme sobre las fiestas de un pueblo cercano. Esa pregunta me ha llevado a acordarme de mi amigo Pepe –Pepito-, así que le he llamado y le he felicitado porque hoy comenzaban las fiestas de su pueblo.

Curiosamente también hoy me han pedido, casi me han exigido –en realidad me lo pidieron hace una semana-, que escribiera un artículo sobre las fiestas de mi ciudad.

Así que reflexionando un poco, me he dado cuenta que para aquellos que hemos nacido a las orillas del Mediterráneo, la fiesta es una parte esencial de nuestras vidas.

Son muchas las veces que la fiesta nos embriaga, nos resta lucidez, maquilla nuestro entorno hasta hacerlo confuso. Incluso hay veces que la fiesta nos deja un poco “tocados”, descolocados. Sin embargo, siempre volvemos de la fiesta.

La fiesta nos permite ser esos ciudadanos respetables, formales y sensatos que somos. Nos permite vivir un cuarto de hora de felicidad plena y soportar largas horas de amargura.

Tengo la impresión de que la fiesta -un solo día de fiesta- nos salva. Nos salva hasta de nosotros mismos y nos sirve como terapia para afrontar las dificultades, los disgustos, el hastió y la tristeza a que nos asedia durante los otros 364 días de cada uno de nuestros años.

La fiesta nos agota, pero nos da energía para afrontar nuestro quehacer diario. La fiesta nos harta, pero nos da fuerza para aguantar el hastío del día a día. La fiesta, hasta nos arruina –de vez en cuando- pero nos da un motivo para “hacer economías” el resto del tiempo.

Y no me refiero única y exclusivamente a las fiestas sociales o a las fiestas populares, en la que podamos participar, también me refiero a aquella fiesta que el sabio Benedetti describió en su poema:

“una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo”

Permitámonos la fiesta, disfrutemos de cada fiesta. Celebremos. La vida se complica tanto, nos jode tanto, que festejar es nuestra única salvación

martes, 13 de mayo de 2008

Casualidades




Nunca he creído demasiado en la casualidad. Creo que fue Voltaire quien dijo que “la casualidad es la consecuencia conocida de una causa desconocida”.

Personalmente no me atrevo a formular una aseveración tan ortodoxamente enraizada en el método científico. Sin embargo, y dentro de mi ignorancia, no dejan de sorprenderme ciertas casualidades.
Así por ejemplo: ¿no resulta una casualidad –sorprendente- que las principales compañías energéticas de nuestro país –véase REPSOL o IBERDROLA- hayan decidido hacer anuncios defendiendo la ecología y el medio ambiente? ¿No es casualidad que cuando Maria SanGil –que de santa no tiene un pelo- sale por piernas de la ponencia política del PP, todos la apoyen contra Rajoy, aún sin saber de que coño discrepa?

Pues bien, trasladado esta teoria a mi vida, me he encontrado con un par de “casualidades” que me tienen desconcertado. En primer lugar no entiendo porque en pleno ataque de nostalgia, mi trabajo me obliga a viajar mañana a Valencia? ¿Por que Valencia? Pasaré el día echándola de menos a ella. Visitaré la tienda de Zegna, me tomaré una cerveza en el Mercado de Colón, iré a “Uno de 50” y comeré en la Labrusqueria. Se que lo haré, aunque también se que no debiera hacerlo, pero soy incorregible.

La segunda circunstancia casual que no entiendo es ¿Por qué hoy, que ella me había invitado a un café, se ha tenido que cruzar una “complicación” no prevista? ¿Acaso existe un Genio Maligno –como el imaginado por Descartes- dispuesto a impedir que nos juntemos mas de lo estrictamente necesario? ¿O se trata de una confabulación de los hados de la música que tratan de evitar la debacle de norecuerdobien que orquesta?

No lo se, el hecho es que la sigo echando de menos, no importa que imprudencias lascivas y concupiscentes cometa yo. Su sonrisa sigue siendo un bálsamo para mi insensatez.


PD: Lo peor de ir a La Labrusqueria es que me acuerdo de ella y de su hermana, -que vive al lado-y me dan muchas ganas de llamarla e invitarla a comer –a su hermana-. Menos mal que no voy solo

lunes, 12 de mayo de 2008

El Lado Oscuro


Amargo como el vino del exiliado,
como el domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile…,
así estoy yo, así estoy yo, sin ti.
Sin Ti.
Joaquin Sabina



El sábado estuve en una boda. Una boda Civil. En realidad fue una boda rara, era una ceremonia civil que oficio un figurante con ínfulas poéticas, que bendijo un cura y en la que intervino casi la totalidad de la familia de los novios.

A mí nunca me han gustado mucho las bodas, sin embargo reconozco que en los últimos años, por razones profesionales, asisto con interés y verdadera curiosidad a la celebración de estos eventos.

El matrimonio siempre me ha parecido el paradigma del consenso, envuelto en un enredada maraña de disensos. Para empezar, y desde el origen de nuestra cultura, surgen enfrentamientos entre el matrimonio monogámico o el poligámico. Que si la poligamia va contra la moral, que si la poliandria va contra el derecho natural, que si el hombre es un animal polígamos por naturaleza, etc.…..

Luego, ya en la universidad, estudiando Derecho Civil, nunca llegue a saber si el matrimonio es un contrato o una institución. Cientos de páginas suscritas por sesudos juristas, para dirimir una polémica tan estéril como absurda -la gente se siguen casando sin llegar a plantearse tan sutil diferencia-.

En medio, las múltiples controversias entre matrimonio civil o matrimonio religioso: Que si las iglesias son mas bonitas, que si el matrimonio es un sacramento indisoluble, que si a mi no me casa el concejal tal o el alcalde cual…

En fin, un verdadero mar de problemas metafísicos que a la hora de la verdad se dirimen con una “ceremonia bonita” y un buen banquete. Todo lo demás, no es más que literatura.

Pues bien, como quiera que la sociedad española camina hacia la aconfesionalidad más siniestra y materialista –en opinión de la Conferencia Episcopal-, la celebración de los enlaces matrimoniales navega a la deriva escasos de normativa, creando su propia liturgia y su propio protocolo para cada celebración.

En general, los contrayentes alternan las iglesias, con los juzgados, los ayuntamientos y las fincas para banquetes, montando en cada lugar una liturgia ad hoc. En el fondo les da lo mismo que el oficiante sea el obispo de la diócesis, el párroco que caso a sus padres, el concejal de turno o un actor contratado para la ocasión y que recita los artículos 66 y siguientes del Código Civil con voz de barítono.

Lo verdaderamente importante, son las flores, las velas, la musica –con un quinteto de cuerda, si es posible- los pétalos de rosas –arroz no, que ordinariez-, el coche de la novia y sobre todo que cada detalle quede perfectamente retratado y grabado en video para la posteridad.


Pero por encima de todo, lo verdaderamente esencial, es el banquete. Aquí si se unen todas las liturgias y todas las religiones. Da igual que la boda sea religiosa o Civil, que sea por el rito ortodoxo o católico, que sea judía o musulmana, lo verdaderamente importante es que el banquete sea abundante y caro.

Pues bien, en la boda del sábado, el banquete debió de ser realmente caro. Desde luego, se puede decir que fue realmente delicioso, sofisticado, suculento y absolutamente exquisito.

La boda se celebró en un restaurante cercano a mi ciudad, de esos que están instalados en una finca en medio de la antigua zona de huerta. Un restaurante de cocina moderna, creativa y contemporánea, con una estrella Michelin. El menú estaba cuidadosamente elegido. Las cantidades eran las justas para sentirse saciado sin atiborrarse, los sabores muy equilibrados, los vinos perfectamente maridados y los postres, absolutamente insuperables. Fue un autentico deleite, algo magnifico.

Adicionalmente había un excelente Dj que durante toda la cena nos amenizó con una musica que perfectamente podía haber elegido yo, puesto que era toda la musica que me gustaba.

La noche era perfecta, el güisqui de malta y el vodka Citadele. Sin embargo, en medio de todo aquello, me asalto de golpe, a traición, la nostalgia y me acorde de ella.

Fue en el jardín, mientras me fumaba un tabaco dominicano y me tomaba un güisqui. Miraba al cielo y me puse a pensar en ella. Me lo tengo prohibido, pero lo hice. Y una vez traspase la línea, de lo prohibido y pase al lado oscuro ya no pude remediarlo: le mande un sms. La cague. Le incomodo, me contesto –amable, pero contundente-, me mosquee, le conteste –quizá un poco menos amable, pero igualmente contundente- y me dispuse a acabar con la reserva de Citadele, para ahogar mi mala leche.

El problema no es que la incomodara a ella y medio me jodiera la noche y mi, el problema es que son muchas las circunstancias en las que echo de menos no poder llamarla o estar con ella. A estas alturas, cuando me siento feliz, cuando vivo algo que me gusta, cuando disfruto de la vida, cuando me estremezco con la belleza, todavía necesito compartirlo con ella. El problema es que eso ya no puede ser y me tengo que mojar las ganas con lo primero que tengo a mano. Y francamente, así me va.

Ya no tengo grandes esperanzas de que eso vuelva a ocurrir. A ratos solo espero que –como me pronostico ella- se me pase. Pero el jodido sentimiento no se me pasa y de vez en cuando –solo de vez en cuando- me arrastra al lado oscuro de la nostalgia y me deja “tocao”

PD: un dia de estos os doy el nombre del restaurante, y el de la hija de la dueña, que tiene unos ojos azules absolutamente espectaculares.

martes, 6 de mayo de 2008

Ignorancia.


La gente enseña para disimular su ignorancia,
lo mismo que sonríe para ocultar sus lágrimas.
Norbert Wiener

Son muchas las ocasiones en las que me he quejado de no entender a las mujeres. Sin duda, serán muchas más a largo de mi vida, sólo que en algunos casos, mi queja va acompañada de un tono de desesperada amargura, como hoy.

Lo malo no es que no las entienda, ni que la perspectiva, en torno a la posibilidad de mejorar este escaso nivel de entendimiento, no se vislumbre más halagüeña. Lo peor, son las circunstancias –siempre agravantes- en las que tomo conciencia de ello.

Ya andaba yo suficientemente jodido por mi solo, cuando en busca de apoyos me doy una hostia de buen tamaño –con una chica, claro esta-. Pero no contento con esto, esta mañana me encuentro despeñándome -en caída libre- desde una relación lasciva y concupiscente que yo –que soy gilipollas- creía ocasional y meramente carnal.

Solo falta un par de puyazos de mi secretaria, alguna bronca de mi madre y un inevitable tirón de orejas de mi mujer, por algo que he hecho mal –infinidad de cosas-.

Tal es mi estado de confusión mental, que leyendo la Web de Amanda, no tengo claro si lo que quiero encontrar una mujer como ella o si mejor me rapo la cabeza y me encierro en un monasterio del Tibet -a la espera de la llegada del ejercito Chino-.

lunes, 5 de mayo de 2008

Malos tiempos para la lírica





Como decía la canción de Golpes Bajos, corren malos tiempos para la lírica.

Cuando uno trabaja en los aledaños del sector publico, se ve abocado a sufrir de manera directa o indirecta los rudos y avatares de la política.

La política, que lejos de las definiciones clásicas y altruistas de Aristóteles, se ha situado mas cerca del concepto creado por Duverger, que la definía como lucha o combate de individuos y grupos para conquistar el poder, un poder que los vencedores usaran en su provecho.

Es como si este jurista y politólogo francés estuviera describiendo la situación de los distintos partidos políticos de la Comunidad Valenciana. A decir verdad, es como si los líderes de los partidos políticos valencianos se rigieran por la definición de Duverger, como principal guía. Y no se trata de una cuestión ideológica, no, en realidad es una combinación de estupidez, insolencia y ambición a partes iguales.

Pues bien, aquellos que de una forma u otra desarrollamos nuestro quehacer profesional cerca de los centros donde se ejerce el poder, nos vemos abocados a sufrir el insensato desprecio que nuestros políticos sienten por la ciudadanía. En realidad, ellos consideran el poder como parte de su patrimonio, y lo ejercen de la misma forma en la que administrarían una explotación ganadera de su propiedad.

Es cierto que en este punto es injusto tratarlos todos con el mismo rasero, y por ello hay que reconocer que existen diferencias ideológicas, por supuesto, pero en general –y esto es terriblemente grave- muchos de nuestros políticos han retrocedido casi tres siglos para encaramarse en las ramas del despotismo ilustrado, para desde alli administrar la vida y hacienda de los ciudadanos.

Como decía D. Antonio Canovas, -con ese jocoso acento malagueño que tanto me desagrada- el poder produce vértigo, pero en nuestro país hay personajes, que se suben a una banqueta de poder y se marean del vértigo.

Pues bien, a mi me ha tocado el de la banqueta. Debemos de ser cerca de 44,5 millones de españoles, y entre todos ellos, me ha tocado trabajar con el que peor lleva el ejercicio del poder de todos. Es difícil encontrar otro más petulante, engreído y soberbio.

Si a ello le sumamos el hecho de que yo no soy un tipo simpático y que tengo una natural tendencia a cagarla, pues ya tenemos hecha la fiesta. Cada encuentro se convierte en encontronazo y cada conversación en discusión. Y puesto que el mundo esta lleno de grandísimos/as hijos/as de la gran puta dispuestos a vender la piel de los demás por un treinta monedas de plata, el corolario es que mi vida laboral se esta convirtiendo en un infierno semejante al de la Divina Comedia, pero con menos poesía.

Lo peor es que no puedo echarle la culpa de todo al tontodelhaba en cuestión. Si tengo que ser sincero, yo tampoco estoy muy fino.

Siento una completa desazón que poco a poco socava mi estado de animo. A ratos me siento totalmente perdido, y solo. Para rematar el jueves tuve la brillante ocurrencia de ir a ver la ultima película de Isabel Croixet –una obra deliciosa- y Salí absolutamente descorazonado.

Supongo que mi ancestral miedo a hacerme mayor –envejecer- me asaltó desde el principio de la película, también me di cuenta de que echo mucho de menos tener a alguien, a un amigo, con quien poder compartir mis dudas, mis dolores, mis sentimientos, mis aventuras. Hubo otras cosas que me tocaron el alma, pero esas las dejo para mi. No podría contarlas sin mirar a los ojos de quien las quisiera escuchar.

Desde esa noche del jueves me siento profundamente triste. Y solo, muy solo.

jueves, 24 de abril de 2008

Pares o nones?

Me gusta mi trabajo.

Me agota. Me desborda. Me agobia. Pero sin embargo no puedo evitar que me "ponga" mucho. Me “pone” en todos los sentidos –en ocasiones, hasta me pone cachondo-.

Saca lo mejor de mí -si algo bueno queda-. Me permite expresarme, me obliga a entregarme al 100%, me exige dedicación, brillantez, energía, concentración. Me obliga a ser conciliador, a negociar –hasta llegar a acuerdos-, requiere amabilidad, mano izquierda, buen talante, capacidad para organizar –y organizarse- y genera la sensación de estar haciendo algo importante, aunque cuando lo miras con perspectiva te des cuenta que no es así.

Cuando por fin has ensamblado todas las piezas de la organizacion, cuando empieza el espectáculo, cuando cada uno de los miembros de esa complicada orquestas ocupa su lugar y juntos tocan al unísono. Cuando las cosas salen bien, tienes cinco minutos –poco mas- en los que eres el tipo mas feliz del mundo y te sientes satisfecho porque todo tu esfuerzo ha valido la pena.

Mi trabajo me ha dado algunos de esos cinco minutos. Casi siempre los he disfrutado solo. Por eso cuando conocí a alguien que sabia exactamente que sentía, fui un hombre feliz.

Me gustaría pensar que no fue un espejismo, pero la verdad es que ahora, si se dan esos cinco minutos, siento que son casi onanismo. Y la verdad es que a mi el sexo me gusta en números pares.

viernes, 18 de abril de 2008

El muro de las lamentaciones

Me siento al frente de la pantalla en blanco y me invade una cierta sensación de sonrojo. Hace tres semanas que no me asomo a esta ventana y me da un poco de vergüenza.

Parece que solo me acerco a este espacio cuando me siento mal. Paree que estas páginas no son más que una especie de muro de las lamentaciones virtual, al que golpeo con mi cabeza una y otra vez, quejándome de mis tribulaciones y mis penas.

Hoy ha sido el día perfecto para enarbolar mi mas antigua lista de quejas y penas. La mañana ha comenzado con una larga serie de reuniones (hasta cuatro, cada una con su propio café de guarnición). Las sensaciones han ido empeorando en cada una de ellas, hasta llegar a ponerme fatal. La primera ha sido estrictamente profesional, con una diseñadora encantadora y sonriente y rellenita que asentía a todas mis propuestas Teníamos que diseñar un stand para participar en una feria en Valencia el próximo mes, y si he de ser sincero, no tengo muy claro si ha llegado a entenderme (o si yo he conseguido explicarme bien).

La segunda ha sido con unos compañeros de trabajo, de un departamento que comparte con el mío algunas funciones. Los contenidos han sido bastante aburridos (lo normal en estos casos). El problema es que la semana pasada estuvimos juntos en un congreso en Madrid y después de la cena, en el tramite de los gin&tonics, acabe comiéndole la boca a la entrada/salida de un baño.

Si, ya se, tengo una afición malsana por los cuartos de baño, mas aún cuando se combinan con los gin&tonics, pero que le voy ha hacer. El caso es que la mire, me sostuvo la mirada, la agarre de la cintura y la bese en la boca. Lejos de partirme la cara –lo que me merecía- respondió a mi beso con una lengua descarada y aventurera, lo que me hizo pensar –ah, inocente- que igual tendría la noche ocupada. Pero no fue así. Como quiera que nos acompañaban otros colegas de trabajo, todo quedo en tres o cuatro escarceos rápidos y disimulados en rincones oscuros. La consecuencia de todo esto es que hoy, tres días después, durante nuestra reunión, no he podido apartar mis ojos de su boca (y de su escote, lo siento) y ella tampoco parecía estar muy centrada. Conclusión: no se de que hemos hablado, así que nos hemos vuelto a citar para el lunes, a ver si conseguimos concretar nuestras intenciones –laborales, claro-

Para continuar he tenido una larga y prolija reunión con la plana mayor de mi empresa y un interesante grupo de consultores que se han desplazado desde la misma capital de la comunidad, para contarnos no se que milonga sobre imagen corporativa, posicionamiento de marca, comunicación, etc...

Lo malo de estas reuniones es que todos los invitados a participar se sienten en la obligación de decir algo brillante con el fin de justificar su presencia en ese encuentro y garantizarse con ello que les vuelvan a invitar. Ante tal cúmulo de insensateces, tonterías y despropósitos, he optado por callarme y no decir nada –a ver si no me convocan mas-, aunque mi estupidez y mi incontinencia verbal han terminado por traicionarme y finalmente he tenido que cagarla (en plan brillante, eso si)

Para cerrar la mañana, un par de desbarajustes en ciertos escritos y una secretaria (asistente, auxiliar, compañera o como ella prefiera que la llame) me ha montado el numero en medio de mi oficina y me ha tocado salir a tomar un café con ella para que me contara sus penas, se desahogara y me dijera lo mucho que sentía que la presión le hubiera vencido.

Todo esto ha estado trufado de las amenazantes intervenciones del responsable de contratación, un par de comerciales tocapelotas y los aullidos telefónicos de la jefa de prensa de nosequien, que amablemente ha accedido a resolver una complicación.

Una delicia de mañana.

Por si fuera poco, durante la he tenido una enganchada telefónica con mi capataz (la enésima) y una enganchada (cara a cara, eso si) con mi antiguo jefe y todo su coro de odaliscas.

He tenido que hacer de mensajero repartiendo cartas de invitacion a diversos directivos de empresas de comunicación y justo a la mitad del reparto, cuando estaba frente a la casa de norecurerdoquien, me he venido abajo.

Solo deseaba llegar aquí y escribirlo. Como un borracho ahíto de alcohol solo desea vaciar su estomago y expulsar de si todo aquello que sabe que le hace daño. ¡No habértelo bebido! Podrá recriminarle cualquiera, peor que quieres, yo me bebo mi vida sin mesura, a veces sin ganas, pero a tragos largos, quizá para acabarla pronto, y no tener que vomitarla.

He tenido la horrorosa sensación de sentirme solo. Mas aun, de sentirme abandonado. Ni amantes, ni ex –amantes, ni jefes ni ex –jefes, ni amigos, ni aventuras…..nada. Solo al recoger a mi hijo, del cumpleaños de un amigo, me he dado cuentea de que es lo que me ata a este escenario infame y catastrófico.

Verlo sonreír mientras me contaba su partida de bolos ha sido lo mejor que me ha pasado en toda la semana. O el mes.

viernes, 28 de marzo de 2008

Vuelta de Vacaciones

Vuelvo a estas paginas, superado el periodo Pascual, avergonzado por mi falta de seriedad y compromiso, con aquellos (pocos, pero fieles) que siguen estas lineas. Ruego pues la indulgencia de los lectores mas o menos habituales, por esta desidia que me ha alejado del delicioso/doloroso placer de desnudar mi alma ante el mundo.

Estos días de asueto, los he pasado en Madrid haciendo eso que se llama “turismo cultural”. Es decir, me he dedicado a visitar museos, exposiciones y restaurantes, trufando tanta dosis de cultura con el noble deporte del Shoping, tanto en la zona de Serrano, como en Fuencarral, Tribunal y aledaños.

Y menos mal. La intención inicial era marcharnos a Málaga, a disfrutar de sus playas, tratando de soslayar su archifamosísima Semana Santa. Menos mal que el destino jugo a mi favor y pude convencer a mi mujer de lo inadecuado de su elección, convenciéndola de que en estos días hay mas Picassos en Madrid que en Málaga, Barcelona y Paris juntos. Hubo suerte. Y me libre de la lluvia, del granizo y de las insufribles marchas procesionales, que tanto y tanto detesto.

Con esta premisa, el lector comprenderá que dedicara una mañana entera al visitar la exposición de Picasso en el Reina Sofía. Me pareció esplendida. En estos tiempos de performances, videoart, instalaciones, monocromos y otros excesos del arte contemporáneo, hay que volver a Picasso.

Picasso es esencial, primario, radical. Es la pintura desposeída de artificios y transformada en sus percepciones básicas. Me gusta Picasso, me hace sentir bien, me conecta con lo mas primario de la vida. Quizá fuera porque el malagueño era un mujeriego empedernido, (aunque en el fondo pudiera ser calificado de misógino) arrebatador y pasional.

Aunque si de mujeriegos encantadores y absolutamente arrebatadores hablamos, (entre los pintores, me refiero), el que mas admiración me ha causado, es sin duda alguna Amadeo Modigliani. En estos días, se presenta una exposición en el Museo Thyssen que resulta absolutamente arrebatadora. Sus esculturas son preciosas, sus retratos son sobrios y lapidarios a la vez (el de Diego Rivera es una autentica joya del puntillismo) pero por encima de todo están sus desnudos.

Sus desnudos son apasionantes, morbosos, excitantes, rotundos, contundentes, arrebatadores, palpitantes, deliciosos. Absolutamente deliciosos. Con una línea definida y sus formas tan desbordantes, me recuerdan uno de los cuerpos mas deliciosos y deseables que he conocido en mi vida. Un desnudo de Modigliani y aquel poema de Benedetti que cantan la imprescindible claridad que provoca “una mujer desnuda y en lo oscuro”, son dos de los catalizadores que hacen que mi mente y mi corazón traigan ante ellos los recuerdos y la añoranza de aquel cuerpo y de la magnifica cabeza que lo corona y lo rige.

Cuando Modigliani murió, fruto de la tuberculosis y sus excesos con el alcohol, las drogas y el sexo, su amada, tardo tan solo 5 dia en suicidarse lanzandose de una ventana. Tal era su dolor y su desesperación, que prefirió no vivir que tener a Amadeo solo en su recuerdo. Yo me pregunto cuanto durare en sus recuredos cuando se marche y su vida crezca tan lejos de la mia.

jueves, 13 de marzo de 2008

Siempre nos quedara Paris...

Este enclaustramiento forzoso, me ofrece pocas diversiones y muchas añoranzas. Una de los escasos entretenimientos de los que disfruto es poder ver la televisión hasta altas horas de la madrugada, sin molestar ni ser molestado.

Alterno el Güisqui de Malta con alguna infusión de frutas relajante, y combino el DVD con alguno de los canales de la televisión por cable. Con ello consigo entretenerme, relajarme y evitar que este puñetero esguince me duela.

Antes de ayer fue el día cumbre. Volví a ver "Casablanca" por enésima vez, me cargue de nuevo “El Presidente y mis Wade” y finalice la jornada con “Cuando Harry encontró a Sally”. Debe de ser que el esguince o este retiro obligatorio, peor el caso es que debo de estar muy sensible lo que me provoca una cierta incontinencia afectiva. Sin duda el lector ya lo habrá notado por mi post anterior. Sin embargo ha sido tras esta larga sesión de cine cuando ha empezado a preocuparme el tema.

Casablanca es una película que he debido de ver más de cuarenta veces –para desesperación y disgusto de mi mujer-. No obstante, cada vez que llega la escena de la Marsellesa, me emociono y me pongo a llorar como un imbécil. Hasta ahí, todo normal. Parece lógico, que esa escena emocione Tiene los ingredientes necesarios: un grupo de fascistas chulos y déspotas, son acallados por la voz del pueblo que va creciendo en torno al canto de uno de los mas bellos himnos a la libertad, con un aguerrido defensor de la libertad al frente. ¿Quién no se emocionaría en tales circunstancias?

Lo malo es que me volví a descubrir llorando cuando Rick (Bogart) enfundado en su gabardina, cede su salvoconducto a Víctor Laszlo (Paul Henreid), diciéndole a Ilsa (Ingrid Bergman) que ha tenido que pensar por los dos, que ella debe subir al avión y marcharse con Víctor. Que ella pertenece a Víctor, que es parte de su vida y de su obra. Que si deja marchar ese avión sin ir junto a él lo lamentará, tal vez no ahora, pero si mas tarde y seguramente durante el resto de su vida (sic)

Culmina su dialogo con una frase mítica: “Siempre nos quedara Paris”. Y en ese punto me puse a llorar de nuevo. Casi no pude escucharla a ella cuando, con una mirada angelical la contesta: “dije que nunca te dejaría…..”

Después de tantos años y de tantos visionados, casi me sabía el texto de memoria, sin embargo nunca me había dado cuenta del paralelismo que hay entre este diálogo y alguno de los momentos más dolorosos y tristes de mi vida. Quizás por eso me puse a llorar como un niño.

Lo que paso las otras dos películas, fue menor en comparación con el choque de Casablanca. Aunque cuando volví a ver la de “Harry y Sally” también volví a sentirme absolutamente angustiado. Quizá fue el güisqui, o que reproducía nuevamente la misma situación dolorosa de mi vida, o que me sentía abandonado por la gente que quiero. El hecho es que a las 3 de la mañana estaba solo y llorando en mi sofá
Sin embargo, creo que esa pelicula tiene claves que deberia/deberiamos repasar y aprender de ellas. Buenas noches

martes, 11 de marzo de 2008

Roto, completamente roto

Aquí sigo, encerrado. Sin ver la luz del dia. Sin poder salir a la calle. Atrapado por un esguince y encadenado a un par de muletas. Roto, por dentro y por fuera.

Me siento realmente solo, casi abandonado. La gente es muy amable. Se ofrecen “para lo que necesites”, te dicen que “si quieres algo, llámame” y luego resulta que cuando echas mano de ellos, “no tienen el coche”, “tienen una reunión” “¿no puede ser mañana”.

En realidad me da la impresión de que soy una carga que evitar. Hasta por teléfono. Supongo que como no tengo nada que hacer, hablo mucho y resulto bastante coñazo. “bueno, ya hablamos, que ahora tengo que terminar urgente este trabajo” “te dejo que voy a entrar a una reunión” o simplemente “es que estoy con unos amigos tomando un café”……

Que le vamos a hacer, tendré que superar esto solo. Como tantas otras cosas. Solo me jode tener que escuchar luego eso de “habérmelo dicho, hombre”, “creía que me llamarías tu”, “ pero como no me has llamado?”….. Y encima la culpa termina siendo mia.

domingo, 9 de marzo de 2008

El baño

Era una tarde normal. Después de un día de horroroso, la acerque a su casa y subí con ella a tomar una copa, como tantas otras veces. La conversación transcurrió entre el análisis de lo que había ocurrido durante la mañana y algunas anécdotas surgidas en la comida. Sin duda un sinfín de lugares comunes y frases hechas, incluida alguna discusión fruto de nuestras diferentes perspectivas.

A la mitad de la segunda copa y mientras sonaba una bachata de Juan Luis Guerra ella me advirtió que estaba muy cansada, que necesitaba un baño caliente y meterse en la cama. Como si no hubiera recibido el aviso le espeté:
- “si necesitas a alguien para que te enjabone?”
- “No me provoques” respondió ella
- “Te faltan huevos” le desafié
- “ De eso no tengo”
- “Bla, bla, bla” me burle

Por toda respuesta se levanto y recorrió el pasillo hasta el baño. Pensaba que se habia enfadado. Entonces escuche el sonido de un grifo al fondo del pasillo. Estaba desconcertado. No sabia que hacer. En aquel momento apareció ella envuelta en un albornoz y le dijo
- “Ahora voy a relajarme en la bañera, ya te avisaré cuando tengas que enjabonarme. Si quieres puedes esperar en mi habitación. Me escucharas mejor, cuando te llame”

Se dio la vuelta y salio del salón dejándome boquiabierto. No sabia que hacer. Estaba absolutamente desconcertado. En primer lugar me fui a la cocina, abrí la botella de güisqui y me serví una espléndida porción de Malta. Después me fui hacia la habitación. Cruce su vestidor y me quede perplejo.

Había bajado las persianas, tenia todas las velas encendidas y en su tocador, había dejado pulcramente doblado uno de esos plásticos que se usas para proteger los tendederos de ropa, junto con una botella grande de aceite de almendras.

No me lo podía creer.

Desde hace años, suelo usar aceite de almendras como hidratante tras la ducha, sobre todo en verano. Deja la piel suave y brillante, y desde luego tiene un toque absolutamente morboso cuando lo usas entre dos. Ella sabia de mi pasión morbosa por el aceite. Una pasión que en otro tiempo habíamos llegado a compartir

Reaccione con celeridad. Fui a la cocina, busque una cubitera y vacié todo el hielo del congelador. Saque una botella de Moet y dos copas y lo lleve todo hasta la habitación. Volví al salón y busque en mi mochila un antifaz negro que suelo llevar para poder dormir en el sofá del despacho.

Me descalce, me quite la corbata y la chaqueta. Lo dispuse todo ordenadamente. Extendí el plástico sobre la cama y vertí en él una generosa porción de aceite que distribuí con mis manos. Me senté en una silla de la habitación y espere, pacientemente, su llamada.

No tarde mucho en escuchar su voz
- “cuando quieras” me dijo

Pase a su baño y lo encontré en penumbra, solo la pequeña luz de la lamparilla del espejo y un par de velas junto a la bañera.
- “estas lista” le pregunte, con un tono provocador
- “desde luego” contesto con aire desafiante

Me arrodille junto a la bañera, subí las mangas de mi camisa y entonces me dijo:
- “te vas a mojar todo. Quizás seria mejor que te quitaras la ropa?”
- “tienes razón. Que torpe estoy” afirme yo
- “Espero que no” dijo con una sonrisa cómplice.

Comencé a desnudarme. Me quite la camisa y el pantalón. Quede vestido únicamente con un bóxer de Benetton.
- “Ese calzoncillo lo compre yo?” Me dijo
- “Es un regalo, pero no es tuyo. Hace tiempo que no me regalas ropa interior”.

Sus ojos se clavaron en el bóxer, y sus labios se apretaron, formando un mohín divertido, como de niña enfadada. No hice caso. Hoy no tocaba discutir. Debía ser mas cauto con mis afirmaciones, los dos nos necesitábamos, nuestros cuerpos se buscaban desde hacia tiempo, y cualquier provocación estúpida haría que saltaran chispas y todo acabara en una de nuestras frecuentes y virulentas discusiones.

Me arrodille junto a ella, cocí el gel y me llene la mano izquierda. Le pedí permiso y agarre su brazo izquierdo.

Su cabeza responsaba sobre un almohadón de látex tojo en forma de corazón. Tenia los ojos entornados cuando comencé a enjabonarle el brazo. Masajee todo el brazo, desde el hombro hasta la punta de los dedos. Me detuve especialmente en sus dedos y en la palma de su mano. Comprobé como poco a poco su gesto se iba destensando, y su rostro adquiría un aspecto relajado y tranquilo.

Después pase al otro brazo. Repetí la operación, y al terminar volví a llenarme las manos de gel. Entonces comencé a enjabonarle el cuello, pasando lentamente mis manos sobre sus pechos. Sus pezones estaban enhiestos y duros. Como deseaba lamerlos. Habría dado cualquier cosa por poder chupar esos pezones. Sin embargo, me contuve. Enjabone sus tetas y comprobé como ella sentía un placer intimo e intenso.

Nuevamente llene mis manos de jabón y me dirigí a sus piernas. Enjabone primero la derecha. La enjabone de arriba abajo, pase mis dedos por sus ingles, rozando levemente su coño entreabierto, y finalmente me entretuve en sus pies. Pase a la izquierda y realice la misma operaron. Ella estaba excitada, pero mi polla amenazaba con romper las costuras del bóxer.

En ese momento le pedí que se levantara, para acabar de enjabonarla. Cuando lo hizo, deje caer un chorro de gel sobre su espalda. Se estremeció por la temperatura de gel, pero de inmediato comencé a masajear todo su cuerpo con la excusa de extender el jabón.

Mis manos pasaban de su culo a sus tetas, volvían a su pubis y regresaban a su espalda con movimientos rápidos y precisos. Cuando estuvo absolutamente enjabonada, agarre la dacha y comencé a quitarle el jabón con un chorro de agua templada y mi mano derecha. No perdí ocasión de acariciar levemente su clítoris y su vagina, de la misma manera que me detuve minuciosamente en sus pezones.

Para entonces ambos estábamos dispuestos a follarnos cómo animales. Ella esta absolutamente cachonda y yo esta caliente como un perro. Sin embargo el juego debía llegar a su fin. En el fondo necesitábamos invertir tiempo el uno en el otro. Aprovechar aquella ocasión para recorrer nuestros cuerpos y nuestros deseos de una manera profunda y extensa, a la vez.

La ayudé a salir de la bañera, la envolví en una toalla grande e hice que se sentara una banqueta. Entonces comencé a secarla. Empecé por sus piernas. Apoye su pie en mi entrepierna. Note como me presionaba la polla. Era un juego que me excitaba y ella l sabía. Le gustaba notar como mi rabo crecía entre sus pies. Seque toda su pierna, desde la punta de los dedos hasta la ingle. Luego me dedique a la otra.

Cuando finalice le pedí que se levantara, le quite la toalla y pase a secar todo su cuerpo. Fui suave en su pubis y en su coño, y estrujé sus tetas y su culo. Ella tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta. Mientras la secaba, acercaba mis labios a los suyos. Notaba su aliento calido, como ella debía de sentir el mío. Sople suavemente en su cuello y su espalda y comprobé como se estremecía al hacerlo.

Cuando estuvo seca, agarre la botella de aceite y comencé a verterlo sobre su piel. Lanzaba chorros generosos y los extendía con mis manos. Después de aplicarle una buena cantidad de aceite, mis manos se movían por su cuerpo untuoso casi sin control. Ella comenzaba a gemir, y yo creí que iba a reventar allí mismo.

Le propuse ir a la cama, para terminar de hidratar su piel. Le dije que seria mas cómodo, y ella dijo que si de inmediato. Antes de salir del baño saque el antifaz negro y se lo puse. Le susurre que era para que se relajara mejor y ella asintió con la cabeza.

La cogí de las manos y la lleve hasta el borde de la cama. Una vez allí la senté y se tumbo. Extendió sus manos sobre el plástico y noto la viscosidad del liquido. Se acomodo en la cama y comenzó a acariciarse las tetas.

Yo me deshice del bóxer y me unte de aceite todo lo que pude, la agarre por las caderas y le di la vuelta. Le aplique un buen chorro de aceite y me tumbe sobre ella. Mis manos comenzaron a acariciar sus tetas, mientras mi cuerpo se restregaba por su espalda. Ella se movía sinuosamente. Nuestros cuerpos se deslizaban sin control, uno contra el otro.

De pronto se dio la vuelta. Su boca buscaba mi boca y no la hice esperar. Nuestras lenguas se enzarzaron en un combate lubrico y delicioso. Lamí la comisura de sus labios, mordí su lengua y sus gemidos se entrelazaban con mis jadeos. Sus manos buscaron mi entrepierna. Al llegar allí, mi rabo se escabullía entre sus dedos. Ella volvía a agarrarlo, lo masajeaba de arriba abajo, masturbándome como no lo habían hecho nunca. Yo abandoné su boca para lamer sus pezones. Agarraba sus tetas con sus manos y mordía levemente sus tetillas. Ella gemía, yo no podía concentrarme en su cuerpo.
En ese momento, mi polla atraco traicioneramente su coño. Ambos nos movimos al unísono. Ella gemía mientras me agarraba el culo. Yo me deleitaba con sus tetas. Cada mordisco en sus pezones arrancaba un grito de placer. Todo se acelero, ella gritaba
- “Sigue cabrón, sigue…..”

Yo le clavaba la polla cada vez con mas fuerza
- “Empuja, hijo de puta, empuja.

Entonces levante la cabeza de sus tetes y le susurre al oído:
- “Te gusta, verdad puta?”
- “Si. Si. Siiiiiiiiiiiiiii………..”

Note como su cuerpo se estremecía. Sus uñas se clavaron en mi culo y todo su cuerpo se tenso en un orgasmo largo e intenso.

No la deje descansar. En cuanto note que se había relajado, baje mi cabeza hasta su coño y metí mi lengua entre sus labios. Mordisquee su clítoris, mientras sus manos trataban en vano de apartarme de aquella deliciosa cueva. Hacia meses que deseaba lamer su clítoris, meter mi lengua en su vagina y escuchar sus gemidos al correrse. No. Ahora no iba a dejar que me apartara de ese delicioso manjar que tanto deseo.

Poco a poco sus manos dejaron de empujar, agarraron mi pelo y escuche como suplicaba:
- “Sigue, cabrón. Sigue”

Aumente el ritmo de mi lengua, mientras mis dedos índice y corazón se abrían paso entre la humedad de su sexo. Poco a poco la frecuencia iba en aumento, como su excitación.
- “Hijo de puta!”.-Me gritaba- “No pares, no pares”

Sus manos buscaron la mía y la llevaron hasta uno de sus pezones. Lo pellizque con fuerza, y en ese momento estallo. Gritaba como una loca. No podía parar. Estuvo corriéndose un buen rato. Cayo exhausta sobre la cama, estiro de mi cabeza y me alzo hasta que nuestras bocas se juntaron.

En ese momento, tras un beso largo y calido, le clave la polla sin previo aviso. Emitió un grito entre gozo y dolor, mientras se dejaba hacer. Se la metí hasta el fondo. Notaba como su cuerpo se sacudía cuando llegaba al fondo. Su coño lleno de flujos y el aceite hacían que mi rabo se desplazara casi sin resistencia. Aumente el ritmo, mientras escuchaba sus gritos:
- “Me vas a matar carbón, me vas a matar.” Gritaba
- “Calla, puta. Calla y folla cabrona”

No resistí mucho tiempo. Mi polla estalló con una corrida caliente y larga, mientras ella volvía a correrse otra vez. Nos abrazamos. Nuestros cuerpos se juntaron con el deseo de no separarse mas. Nos besamos, y lentamente comenzamos a acariciarnos.
- “Gracias.” Le susurre
- “Gracias a ti. Ha sido un placer. Me sonrió
- “Mutuo”
- “Te llamaré cuando necesite un baño” y me beso.

viernes, 7 de marzo de 2008

MALA PATA


Yo soy lo que mi madre suele llamar un culo inquieto. Desde pequeño he sido de los que se ofrecían para ir a hacer los recados. Nunca me costo ir al mercado con mi madre o acompañarla cuando tenia que ir de compras.

Cuando empecé a trabajar en este negocio, hace ya así 22 años, me “confinaron” en una oficina, sin poder salir de aquellas cuatro paredes nada mas que para almorzar. Por eso, cuando había que ir a llevar el correo, yo me ofrecía voluntario, lo mismo que si teníamos que ir a Hacienda o al Ayuntamiento. Yo siempre estaba dispuesto.

Luego pedí el traslado a un departamento que trabajaba por toda la provincia. Solo tenia que pasar un día o dos en la oficina, mientras que el resto del tiempo lo pasaba viajando y visitando algunos clientes y proveedores.

Finalmente, después de una larga trayectoria profesional, llegue al lugar que ocupo ahora. Y tengo que reconocer que me encanta. Voy a cursos, jornadas y congresos. Organizo y participo en eventos, tengo contacto con mucha gente y sobre todo puedo escaparme de la oficina sin dar muchas explicaciones. Quizá por eso me gusta volver a la oficina por la tarde, cuando no hay nadie y refugiarme en aquella soledad de diseño.

Pues bien, en el ejercicio de mi profesión, el miércoles me fui a participar en un congreso sobre marketing de ciudades (Citymarketing, para los más modernitos). Estuvo bien, asistí a conferencias muy interesantes, conocí a personas realmente fantásticas (en lo profesional y en lo personal) comí y cene en sitios estupendos y además tuve ocasión de disfrutar de alguna compañía muy agradable.

Encontré un hotel justo al lado del palacio de congresos que me facilitaba la posibilidad de alguna “escapada furtiva” Todo iba bien, a pesar de los problemas en la oficina -mi jefe de personal me esta machacando, en plan buen rollo, eso si-, y prometía ir mejor.

Fue entonces, cuando en cumplimiento de la maldición china –“Cada minuto de alegría, prepara un año de lágrimas”- todo se fue a la mierda. Salíamos de almorzar de un restaurante muy bonito –El arenal, en Elche- nos paramos a contemplar la monumental Basílica de Santa Maria, al bajar unos escalones, di un mal paso y ZAS…..

Parafraseando a Juan Luis Guerra, “caí redondo, como una guanábana, sobre la alcantarilla”. Senti un dolor punzante e intenso. Note como algo se habia roto en mi. Me recompuse y trate de adoptar un cierto aire de dignidad. No sirvio de nada. Cuando apoye el pie izquierdo senti un dolor terrible y casi pierdo el equilibrio. Mi compañera de almuerzo me cogio, me dijo que me apoyara en ella y tras unos minutos de descanso en una terraza cercana, mientras tomabamos un gin& tonic, me dirigi a mi coche, camino de un servicio medico de urgencias.

El diagnostico fue fulminante: esguince de grado dos. El traamiento: tobillo inmoilizado, diez dias de baja y reposo absoluto hasta el lunes. Me volvi a casa con el rabo entre las pirenas (sic) y con la perspectiva mas horrible del mundo: pasar en casa tres o cuatro dias seguidos sin poderme mover. Y aqui estoy.

Tenia planificado un fin de semana magnifico. El sabado hay partido basquet de mi hijo y por la tarde habia pensado tomar un Vodka&tonic en casa de una amiga, aprovechando el cumpleaños de un amigo del niño. Por la noche tengo cena con unos amigos que ya cumplen 50 años.

Como el domingo tengo, practicamente, “el dia libre” por motivos electorales, habia pensado invitar a mi amiga (la innombrable) a un campari en el “Noray” y finalmente cenaria en casa de JC, siguendo los resultados electorales en torno a una buena mesa y mejores vinos.

Pues al carajo. Todo al carajo. Pasare el sabado encerrado (quiza pueda ira a la cena de mis amigos) y el domingo tambien. Solo podre ver la television, leer un rato y de vez en cuando asomarme a esta ventana que es internet.

Espero que alguen se apiade de mi y venga a verme. Ya os contare.

jueves, 28 de febrero de 2008

REGALOS

Entero Improbable

Amar es la cuarta parte del problema.
Otra cuarta parte es que te quieran
y otra que ese amor sea posible.
Pero incluso si tienes todo eso
te faltará la increíble cuarta parte
de que el amor no se te vuelva pena.

Mario Paoletti



Una de las cosas que mas me molestan en este mundo es comer solo. El lunes y el martes me toco comer solo. Ayer miércoles el día pintaba en la misma línea, sin embargo, a media mañana me llamo una amiga y me propuso que comiéramos juntos.

Hacia tiempo que no nos veíamos. Y nuestro último encuentro desemboco en un descalabro complicado de malos entendidos, celos y actitudes mas o menos incomodas, que no voy a contar, para no aburrir.

Ayer sin embargo MA estaba encantadora. Vestía de negro, muy ceñida y muy sexy. A sus casi 47 tiene un aspecto impresionante, y eso que tiene (tenemos?) un niño de 11 años.

La comida transcurrió en un ambiente de complicidad y cariño. Luego hubo postre. Un postre delicioso, dulce, sabroso y con un punto kañero, que estuvo muy bien. Al marcharme me hizo un regalo. Era una chorrada, pero me encanto. Ella sabe que me gustan los regalos y se preocupo de encontrar algo que me gustara. Lo consiguió.

Es verdad, adoro los regalos. No solo me gusta que me los hagan, también me encanta hacerlos. Un regalo es una forma de declarar tu interés por alguien, tu amor. No necesariamente el amor romántico, o el amor fraterno, o el amor carnal o el amor erótico, o el amor filial, o el amor platónico, sino el amor como ese sentimiento que te une a otro corazón, al corazón del amado, al corazón del amigo, al corazón de tu amante, al corazón de tu madre.

Cuando haces un regalo, pasas un tiempo pensando en el otro. Tratas de tener presente sus gustos, repasas vuestra historia común, recuerdas los momentos en los que disfrutasteis juntos, gozas con el recuerdo de la relación que mantienes.

También piensas en su persona, en que es lo que te gusta del otro, que es lo que le sienta bien, como es su fisonomía, como son sus espacios y sus tiempos –su casa, su trabajo, su entorno, su vida-. Y a partir de entonces decides invertir tu tiempo, tu esfuerzo y tu dinero –en su caso- en buscar algo perfecto para el.

Otras veces el proceso es inverso, y el regalo se presenta ante ti como un revelación. De pronto un objeto te lleva irremediablemente a esa persona. Comprendes que ese libro, esa corbata, ese CD o esa fiambrera están hechas para esa persona. En ese momento tu mente revive su imagen, vuestra historia, tus recuerdos. Y no puedes resistir comprarlo para regalárselo.

Supongo que es esta concepcion del regalo la que me hace apreciar tanto un regalo cuando me lo hacen. Es verdad que en muchas ocasiones no se que cara poner, aunque ese es un problema que me acucia no solo cuando me dan un regalo, sino cuando me lanzan un piropo, me agradecen algo o me dicen te quiero.

Quizá porque cultivo esta mística del regalo, no entiendo a la gente a la que no le gusta. Comprendo que hay gente que no le gusta hacer regalos. En mi opinión es una cuestión de tacañería. Tacañería en lo económico o tacañería en lo emocional. Supongo que cada uno administra su patrimonio y sus sentimientos como considera oportuno, por mucho que dar satisfaga más que recibir.

Sin embargo lo que menos entiendo es que alguien no quiera recibir regalos. Es como si rechazaras un abrazo, despreciaras una caricia o rehusaras un beso. Como si quisieras negar el cariño de otro. Porque lo hacen? No lo se. Supongo que cada uno tiene sus motivos. Habrá quien no quiera de tener que hacer un regalo compensatorio. Otros simplemente no querrán compromisos. Quizá a algunos les pase como a mi, y no sepan que cara poner, así que mejor no aceptan regalos. No lo se, y sobre todo no lo entiendo. En fin, cada uno es cada uno y tiene sus cadaunadas.

Como a mi si me gusta, cuando ayer me hicieron un regalo, me sentí muy feliz. Por eso al pasar por una tienda, encontré un pequeño objeto gracioso y muy útil, y no pude menos que pensar en alguien a quien quiero mucho. Pase lo compre y se lo lleve. Supongo que era un chorrada y que no es fácil de descifrar, pero era mi manera de decirle lo siento. Te quiero mucho. Te necesito.


PD: El poema que encabeza este post también es un regalo. Me lo ha enviado mi amiga M desde La Habana. El autor es un argentino de origen italiano, afincado en España desde el año 1984, en el que tuvo que salir exiliado de su país, después de ser encarcelado por la dictadura del general Videla. Hoy dirige el Centro de Estudios Internacionales de la Fundación Ortega y Gasset. Me lo descubrió M cuando estuvo en mi casa, lo conoció en Toledo y llego completamente enamorada de el. A su vuelta a Cuba, me remitió poemas y textos que me encantaron y entonces descubrí que ambos –Paoletti y yo- compartíamos la misma pasión por Benedetti. Y me gusto aun más.

miércoles, 27 de febrero de 2008

LOS VERSOS DEL CAPITAN


Ya os he hablado de mi amigo JC en alguna ocasión anterior. Se trata de un magnifico escritor (o escribidor, como dice el) especialista en literatura hispano americana. Un autentico erudito si hablamos de Benedetti o de Neruda. Alguien con una experiencia vital envidiable que le ha llevado a vivir/trabajar por toda Hispanoamérica y por Italia. Un verdadero maestro y por lo que a mi respecta es algo parecido a lo que Mentor fue para Telémaco.

Pues bien, hace unos días, JC presento un par de libros sobre Neruda y nos invito. Fue un acto publico con poca asistencia -casi toda de amigos- y me acompaño mi hijo, que también siente –aunque de forma distinta- un gran aprecio por JC. Después del acto, nos fuimos a tomar una cerveza y nos firmo un ejemplar de cada uno de los libros. Fue una noche divertida, salpicada de las anécdotas y la brillantez de JC que competía con la de otros amigos igualmente inteligentes y ocurrentes.

Anoche estaba bastante jodido. Había pasado la tarde tomando una copa con nosequien y el tema termino, como se preveía: Gin&tonic -sexo-, conversación –sexo-, risas –sexo-, buenrollito –sexo-, etc.… sin embargo, al volver me sentía un poco hastiado y bastante vacío. No podía/quería dormir, me sentía profundamente abatido y solo muy solo.

Como en estos días no tengo el portátil en casa –complejidades técnico/profesionales- y la tele no me ofrecía un ninguna película aceptable, me fui a buscar algo para leer. Tropecé entonces con uno de los libros de JC sobre Neruda y me dispuse a echar un vistazo.

Me encontré con Los Versos del Capitán. Lo releí y me di cuenta de que me he hecho mayor. Cuando lo leí en mi adolescencia, no entendía algunas cosas y sobre todo no sentía la pasión del autor. Ayer si. Ayer sentí la pasión, la furia, la rabia, el amor desmedido, carnal, desgarrado, triste e intenso que sin duda sintió el autor. Me quedo con la carta de introducción de la obra escrita por el autor bajo el seudónimo de Rosario de la Cerda, en la primera edición de la Obra. En aquel momento Neruda no quiere dar a conocer su autoría de este libro y lo presenta y lo edita como si su publicación fuera impulsada por la supuesta amada del Capitán, la tal Rosario.

Me resulto curioso como el poeta esconde su propia creación, quizá por que sus sentimientos quedan muy a la vista, quizá porque la pasión le desborda, como le desborda la fuerza, la rabia o el deseo. Un poco como me ocurre a mi –salvando las infinitas distancias- con esta suerte de escondite que es este blog.

Su carta avanza en prosa la fuerza que luego harán estallar sus versos, y a la vez su ternura infantil, su deseo incontenible o su furia. Dejo aquí una copia de esa carta de introducción, como tantas veces dejo mi dolor, mis deseos, mi pasión o mi desamor.


Introducción

Habana, 3 de octubre de 1951

Estimado señor:

Me permito enviarle estos papeles que creo le interesarán y que no he podido dar a la publicidad hasta ahora.

Tengo todos los originales de estos versos. Están escritos en los sitios más diversos, como trenes, aviones, cafés y en pequeños papelitos extraños en los que no hay casi correcciones. En una de sus últimas cartas venía la "Carta en el camino".

Muchos de estos papeles por arrugados y cortados son casi ilegibles, pero creo que he logrado descifrarlos.

Mi persona no tiene importancia, pero soy la protagonista de este libro y eso me hace estar orgullosa y satisfecha de mi vida.

Este amor, este gran amor, nació un agosto de un año cualquiera, en mis giras que hacía como artista, por los pueblos de la frontera franco española.

Él venía de la guerra de España. No venía vencido. Era del partido de Pasionaria, estaba lleno de ilusiones y de esperanzas para su pequeño y lejano país, en Centro América. Siento no poder dar su nombre. Nunca he sabido cuál era el verdadero, si Martínez, Ramírez o Sánchez. Yo lo llamo simplemente mi Capitán y éste es el nombre que quiero conservar en este libro.

Sus versos son como él mismo: tiernos, amorosos, apasionados, y terribles en su cólera. Era fuerte y su fuerza la sentían todos los que a él se acercaban. Era un hombre privilegiado de los que nacen para grandes destinos. Yo sentía su fuerza y mi placer más grande era sentirme pequeña a su lado.

Entró a mi vida, como él lo dice en un verso, echando la puerta abajo. No golpeó la puerta con timidez de enamorado. Desde el primer instante, él se sintió dueño de mi cuerpo y de mi alma. Me hizo sentir que todo cambiaba en mi vida, esa pequeña vida mía de artista, de comodidad, de blandura, se transformó como todo lo que él tocaba.

No sabía de sentimientos pequeños, ni tampoco los aceptaba. Me dio su amor, con toda la pasión que él era capaz de sentir y yo lo amé como nunca me creí capaz de amar. Todo se transformó en mi vida. Entré a un mundo que antes nunca soñé que existía. Primero tuve miedo, hubo momentos de duda, pero el amor no me dejó vacilar mucho tiempo. Este amor me traía todo.

La ternura dulce y sencilla cuando buscaba una flor, un juguete, una piedra de río y me la entregaba con sus ojos húmedos de una ternura infinita. Sus grandes manos eran, en este momento, de una blandura dulce y en sus ojos se asomaba entonces un alma de niño. Pero había en mí un pasado que él no conocía y había celos y furias incontenibles. Éstas eran como tempestades furiosas que azotaban su alma y la mía, pero nunca tuvieron fuerza para destrozar la cadena que nos unía, que era nuestro amor, y de cada tempestad salíamos más unidos, más fuertes, más seguros de nosotros mismos.

En todos estos momentos, él escribía estos versos, que me hacían subir al cielo o bajar al mismo infierno, con la crudeza de sus palabras que me quemaban como brasas. Él no podía amar de otra manera.

Estos versos son la historia de nuestro amor, grande en todas sus manifestaciones. Tenía la misma pasión que él ponía en sus combates, en sus luchas contra las injusticias. Le dolía el sufrimiento y la miseria, no sólo de su pueblo, sino de todos los pueblos, todas las luchas por combatirlas eran suyas y se entregaba entero, con toda su pasión.

Yo soy muy poco literaria y no puedo hablar del valor de estos versos, fuera del valor humano que indiscutiblemente tienen. Tal vez el Capitán nunca pensó que estos versos se publicarían, pero ahora creo que es mi deber darlos al mundo.

Saluda atentamente a usted.

Rosario de la Cerda