jueves, 24 de abril de 2008

Pares o nones?

Me gusta mi trabajo.

Me agota. Me desborda. Me agobia. Pero sin embargo no puedo evitar que me "ponga" mucho. Me “pone” en todos los sentidos –en ocasiones, hasta me pone cachondo-.

Saca lo mejor de mí -si algo bueno queda-. Me permite expresarme, me obliga a entregarme al 100%, me exige dedicación, brillantez, energía, concentración. Me obliga a ser conciliador, a negociar –hasta llegar a acuerdos-, requiere amabilidad, mano izquierda, buen talante, capacidad para organizar –y organizarse- y genera la sensación de estar haciendo algo importante, aunque cuando lo miras con perspectiva te des cuenta que no es así.

Cuando por fin has ensamblado todas las piezas de la organizacion, cuando empieza el espectáculo, cuando cada uno de los miembros de esa complicada orquestas ocupa su lugar y juntos tocan al unísono. Cuando las cosas salen bien, tienes cinco minutos –poco mas- en los que eres el tipo mas feliz del mundo y te sientes satisfecho porque todo tu esfuerzo ha valido la pena.

Mi trabajo me ha dado algunos de esos cinco minutos. Casi siempre los he disfrutado solo. Por eso cuando conocí a alguien que sabia exactamente que sentía, fui un hombre feliz.

Me gustaría pensar que no fue un espejismo, pero la verdad es que ahora, si se dan esos cinco minutos, siento que son casi onanismo. Y la verdad es que a mi el sexo me gusta en números pares.