viernes, 28 de noviembre de 2008

I LOVE PARIS





Acabo de regresar de Paris.

En medio de toda la vorágine de acontecimientos que habitan ultimo trimestre de este año, un poco para desconectar y un poco para compensar las incomodidades que mi trabajo infringe a mi matrimonio, he decidido coger unos días de vacaciones y hacer un viaje.

Gracias a las compañías de bajo coste, viajar por Europa ya no resulta ni tan caro, ni tan difícil. Así que he buceado un poco en las páginas de Internet y he encontrado un vuelo a buen precio desde mi ciudad. Lo del hotel ha sido un poco más complicado. No solo tenia que tener un precio razonable –teniendo en cuenta que se trata de Paris-, también tenia que se encantador, romántico, “monísimo” y estar bien situado. Todo un reto.

Pero no hay empresa imposible, cuando se tiene voluntad y una cierta experiencia en esto de viajar. Tras varios intentos, encontré no menos de tres deliciosos hoteles en otras tantas zonas céntricas de Paris que ofertaban precios asumibles –que no baratos-.

Finalmente nos decidimos por un coqueto hotel situado en Le Marais, entre el Hotel de Ville y Saint Paul. No tiene más que 18 habitaciones y esta decorado al estilo francés del siglo XVIII, pero con comodidades muy actuales. Las habitaciones son un poco justas, pero muy acogedoras y el servicio es magnifico. Pero lo mejor de todo es su ubicación, que nos ha permitido desplazarnos por el centro de Paris casi todo el tiempo a pie.

Lo que mas me gusta de Paris es que puedes pasar del tipismo de la rue Mouffetart –poco frecuentada por turistas- a la contemporaneidad museo de quai Banly prácticamente en un paseo caminando.

Me encanta recorrer los pasajes cubiertos que atraviesan las manzanas de los grandes bulevares como túneles excavados entre grandes edificios y que crean una ciudad dentro de la propia ciudad. Espacios alejados del ruido de coches y transeúntes que permiten descubrir tiendas pequeñas y magnificas, junto a pequeños cafés llenos de quietud y encanto.

También me gusta ir de compras a Colette–paraiso de las compras cool –, aunque atendiendo a los precios del local, me tengo que conformar con una caja de lápices de colores de Pantone o una goma de borrar, sin embargo es un espacio en el que se pueden descubrir –en vivo y en director- las ultimas tendencias de la moda en un amplio catalogo de productos, que van desde la ultima edición luxury de un i-phone -3.500 €- hasta los mas sofisticados zapatos de Víctor y Rolf, -1.800 €- pasando por un extenso surtido de perfumes como los de Lab, que puedes crear a tu gusto combinando el amplio catalogo de esencias que te ofrecen -100 eurazos el frasco de 30ml- .La verdad es que me gustan esos sitios, y me resultan interesante-personal y profesionalmente-, pero confieso que con los años me empacha un poco ese atufante aroma de modernidad trendy que desprenden algunos de esos locales y me toca mucho las pelotas el aire de superioridad –de supermodernos- que caracteriza a sus dependientes.

En fin, han sido unos días fantásticos, pero hoy, en plenas vacaciones he recibido la llamada de mi secretaria-asistente-compañera o lo que sea, anunciándome que se ha roto el brazo y que no puede ir a trabajar. Así que tengo que desconectar el CD y abandonar a Falete imitando a Rocío Jurado y cerrar esta breve incursión en mi blog para volver a mi acogedora oficina y terminar todas aquellas cosas urgentes –ungentisimasssss- que se han quedado a medias.

Como dirían los franceses: C’est la vie. En los próximos días contare mas cosas de este viaje. Incluso puede que publique alguna de mis direcciones secretas