viernes, 2 de noviembre de 2007

Chicas

Estoy harto. Todas son iguales. Exceptuando algunas que son peores. Se que el comentario puede parecer machista, y nada mas lejos de la realidad. Lo cierto es que me paso la vida tratando de complacer al amplísimo núcleo de mujeres que me rodean, pero da igual, nunca estoy a la altura.

Siempre se quejan, siempre. Mi mujer, mi madre, mi ex-amante, mi secretaria, mi suegra, mi cuñada, hasta mi ahijada -de tres años-, todas tienen quejas. Cada una es distinta del resto, pero todas protestan. Eso sin contar a Mar, que se queja hasta por los dias que no escribo.

Que si poco tiempo, que si poca atencion, que si no estas atento, que si no eres suficientemente sensible, que si me llamas demasidado, que si dejeme, que si me dejas, que si gritas mucho, que si no hablas, que si no escribes, que si estas despistado, etc. etc. etc.....

Que puedo hacer? las mujeres son mi debilidad, mi pasion, mi credo, mi religion, pero me matan. No soy capaz de afrontar las cosas con el descaro y la chuleria de otros. No puedo. Quiza ese es mi problema, quiza alguna de las mujeres que me rodean necesitan un cierto aire de desprecio, de indiferencia, de desden, de groseria. Incluso de chuleria. Pero yo no puedo. Es superior a mi. Todas ellas, cada una de una forma distinta, son unicas. Irrepetibles, insustituibles, irrenunciables.

Cuando mi mujer dio a luz a nuestro hijo, despues de un parto muy complicado -con seis meses de gestacion y a penas un kilo de peso- la comadrona me pregunto como iba a llamar a mi hijo. Yo muy sorprendido le pregune "un niño?" "si, un niño?" me respondio ella. Me quede perplejo, pues durante todo el embarazo nos aseguraron que tendriamos una niña.

Sin embargo, me alegro. Yo sabia que si hubiera tenido una niña, me habria convertido en un padre "chocho" y baboso. No habria podido superar los celos de su madre, y cuando llegara el momento del revoltijo hormonal de la adolescencia, me habria sentido el guardian de su virtud y su inocencia.

Gracias a quien sea tengo un hijo, un tipo sensible e introvertido, un poco como yo, que sufrirá a manos de cada una de las mujeres a las que ame. Un tipo rqro que cuando le peguntas, a sus 10 años, si tiene novia te responde muy serio y con cara de mosqueo "Papá, dejate de chorradas, Vale?"

Limpia cristales.

Se levanto dispuesta a hacerlo. Era una magnifica y soleada mañana de otoño. Todo animaba a salir y disfrutar del día, pero ella había resuelto que tenían que hacerlo. Desplegó un suculento desayuno, aunque él no tomaba nada mas que café y una tostada. Le gustaba untada de “colorá”, pero aquí no había de eso. Preparó la mesa del comedor y se dispusieron a desayunar.

Su uniforme ya sugería sus intenciones. Se había calzado las mayas azules de algodón y una camiseta panadera de color teja, dos tallas mayor que la suya. Para rematar se había calzado aquellas chanclas de toalla tan horrorosamente horribles que utilizaba durante el verano. Su aspecto podía calificarse de todo menos sexy. Es mas, bajaría la libido de cualquiera, incluso de los mas pertinaces.

Mas o menos a la mitad del desayuno se lo soltó: "Tengo limpiar la cristalera del balcón. ¿Podias ayudarme?” No utilizó un tono dulce y embriagador, no hubiera sabido como se usaba, lo hizo con su habitual tono desabrido y directo.

El se sintio atrapado. Estaba en su casa, era su invitado y al parecer le estaba pidiendo ayuda. ¿Cómo negarse? “Por supuesto” contesto el “en un rato lo hacemos entre los dos y nos vamos a dar una vuelta”.

Recogieron los restos del desayuno, sacaron los instrumentos necesarios y comenzaron a limpiar los cristales. Lo que al principio parecía una tarea sencilla, se fue trasformando en un trabajo titánico. El sol de otoño no ayudaba nada, y las permanentes recriminaciones de ella se estaban convirtiendo en un suplicio.

Al poco de comenzar ya estaban sudando. El aspecto de ella comenzaba a tomar un punto salvaje y provocador, como si se tarara de Silvana Mangano en “Arroz Amargo”. Estaba harto de tanta limpieza, de sus órdenes y de su meticulosa manera de entender el mundo. Mientras pensaba eso, veia como su pecho -el de ella- se mecía al ritmo enérgico que imponía su brazo limpiadnos los cristales. Cuanto más cortos y más enérgicos eran los movimientos circulares, mas rápido era el movimiento de sus pechos.

No pudo soportarlo mas, y al levantarse ambos la cogió por la cintura, la acerco hacia el y la besó. “estate quieto” dijo ella, pero él no se dio por aludido. Volvió al ataque y la besó de nuevo. Su boca –la de ella- se abrió lo justo, como para dejarle entrever el paraíso.

Intento soltarse –sin demasiado interés- pero el la asió con fuerza. No opuso mas resistencia, si acaso la justa como para no parece una chica fácil. El la siguo besando. Lo hizo con fuerza, casi con rabia, como quien se quita un peso de encima. Dejando en cada embate el deseo contenido de tantos besos que le debía.

Sus manos fueron recorriendo su cuerpo sobre la ropa hasta llegar al punto donde aquel horrible uniforme se podía abrir. Le arranco la camiseta. La tiro tras de si, con el secreto deseo de no volverla a ver. Descubrió sus pechos desnudos y sintió la punzada de deseo y de pasión que le causaban sus pezones. Nunca, a lo largo de sus muchos años había encontrado unos pezones así.

Eran grandes. Puntiagudos, duros, enhiestos, deliciosos de chupar, fáciles de tocar y bellos. Sobre todo bellos. Eran, sin duda los pezones mas bellos del mundo, o al menos los pezones mas bellos del mundo, de entre todos los que el había tenido la oportunidad de ver y –sobre todo- chupar.

Se lanzo sobre ellos con un deseo feroz. Dejo su boca prendida en ellos. Los lamió, los succiono, lo beso y disfruto tanto como la hizo disfrutar aella. Mientras, su mano se desplazo hábilmente hasta su sexo. Se abrió camino entre las mallas y unas pulcras bragas de algodón, completamente alejadas de sus habituales tangas.

La escuchó gemir y noto como sus manos asían fuertemente su pene. No podía apartar su boca de la de ella. Sus lenguas se batían en un combate mortal que no pararía hasta que el otro se diera por vencido. Sus manos desnudaban torpemente el cuerpo del otro, a la vez que frotaban sus sexos desesperadamente.

De repente ella lo aparto; “no, aquí no, nos están viendo todos” el recuperó la compostura y comprobó que estaban semidesnudos en medio de un balcón acristalado a las 10 de la mañana, y le pareció razonable la queja. “vamos a la habitación” dijo ella, mientras terminaba de quitarse las mayas y aquellas lamentables bragas de algodón. El no pudo más que seguirla, absolutamente empalmado y deseoso de su cuerpo.

Cuando llegaron a la aviación, con la cama aun deshecha y con los restos de una noche de sexo a la vista, ella se tumbó. El la observó un instante. Seguía morena, aún se notaban, tímidamente las marcas del bikini. La recordó en la playa, haciendo topless y siendo el objeto de todos los comentarios. Se lanzo sobre ella y de nuevo la beso. Fue un beso largo, húmedo y ardiente.

Su polla comenzó a crecer nuevamente. No había nada que le excitara mas que la calida humedad de un beso apasionado. Abandono el calor de su boca y se lanzo sobre sus erguidos pezones. Nuevamente comenzó a lamerlos. Ella gemía. Los atrapo entre la parte inferior de la lengua y los dientes. Los succionó y los chupó. Ella empezó a gritar.

Abandono sus pezones y con un movimiento rápido situó su cara entras las piernas de ella. Trato de impedirlo con movimientos torpes y forzados. El estaba deseando comerle el coño y ella no podía esperar más.

Su lengua – la de el- se abrió camino entre sus labios –los de su coño- hasta alcanzar su clítoris. Lo rozo con la punta de su lengua, lo acarizio. Lamió sus labios, le aplico pequeños y leves mordiscos e introdujo su lengua en la vagina, alternando estas acometidas con las que le proporcionaban sus dedos índice y anular de la mano derecha.

Mientras tanto, con su otra mano pellizcaba y acariciaba sus pezones. Ella gritaba, cada vez mas fuerte, sin media, sin consideración a sus vecinos, con el secreto deseo de que todos supieran que la estaban follando y que la estaban follando bien.

Se corrio en medio de uno de aquellos aullidos. Debió de asustar al resto de la Comunidad de Propietarios, pero disfruto como una perra. Fue entonces cuando el trepo hasta su cara, y mientras le plantaba un beso profundo y acuoso, noto como le clavaba la polla hasta el fondo de su sexo.

Ella dio un respingo, pero enseguida comenzó a disfrutar de aquel leño encendido. Comenzó a gritar de nuevo, esta vez era su vagina la que disfrutaba de los favores de su hombre.

Los movimientos comenzaron a ser más rápidos y rítmicos. Ella, absolutamente excitada comenzaba a decirle: “lléname de leche cabrón, jódeme hijo de puta, lléname…..” El apenas podía articular algunas palabras sueltas “Zorra” le decía “ Puta, Te voy a llenar, cabrona…..”

Entre tanta procacidad y con la celeridad de movimiento, el se corrió. Fue una corrida abundante, que la inundó. Al notar como aquella ardiente explosión la inundaba, ella volvió a correrse. Sus gritos y gemidos se entrelazaron, hasta que el cayo sobre ella y se volteo hasta tumbarse sobre la cama.

Quedaron en silencio tendidos en la cama. Ella se abrazo a él, y se acurrucó a su lado. Transcurridos unos instantes él se levanto.

Se puso de pie frente a la ventana y le dijo: “Tenias razón, debíamos haber limpiado antes esa cristalera” Ella, desde la cama le contesto; “Ya nunca podré volver a limpiarla sin ti”

El, sin mirarla, pero con una tristeza infinita le dijo: "encontrarás a otro que te ayude”. Entonces sintió la humedad de una gota estrellándose contra su pecho desnudo, mientras otra lágrima se deslizaba a través de su mejilla. “Encontraras a otro” insistió.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Halloween

Odio esto del Halloween. Es un coñazo peor que la Navidad, y ni tan siquiera tiene que ver con nuestra cultura.

El dia de Todos los Santos ya me deja bastante tocado como para que encima vengan todas las Jesicas y los Kevines de este pais vestidos de Fredy Kruger haciendo el imbecil por las urbanizaciones, molestando y con sus ordinarias mamas haciendoles fotos detras. Estoy seguro que para follar esta noche llevan ropa interior con calabazas de halloween grabadas.

Lo de Todos los Santos es distinto. Todos mis muertos vienes a despertar mi memoria. Mi hermana muerta a los 18 por culpa de la cocaina y de unos degraciados que hoy son personas importantes en esta ciudad. Mi padre, que murio de pena unos años despues, incapaz de sobreponerse. Lola, amiga/amante/terapeuta/compañera con quien tantas cosas comparti y a la que tambien pudo la maldita cocaina. Carlitos, viejo y sabio amigo al que la carretera se lo llevo, a Manolo y algunos mas. Buena gente, magnifica gente que murio, en casi todos los casos, demasiado pronto.

Muchas veces me pregunto porque ellos, porque con la cantidad de hijos de puta que hay en este mundo, tuvieron que ser ellos. Supongo que debe de haber una causa, aunque yo no llego, no creo que pueda llegar a entenderla.

Para rematar la jugada, me he puesto a regimen, asi que tengo que renunciar a los huesos de santo, los buñuelos y los panallets, como si la cosa no estubiera suficientemente jodidad ya. Cualquier dia el medico querra que me deje los Gin&tonics, y ese dia, dejare de ir ese medico petulante y engreido que tanto me toca las narices.

Por cierto he visto a C en el trabajo. Y pese a que no me corto a la hora de volcar aqui mis sentimientos y mis opiniones, hoy voy a reservarme las sensaciones y percepciones que he tenido. Tal vez otro dia las dejare por escrito, lo prometo.

Y encima los capullos el Halloween dando por saco.

LA VERDAD. ¿QUE VERDAD?

Carta a alguien que me quiere (o al menos eso dice).

Querida C:

La verdad no es bidimensional y plana, ni mucho menos. La verdad es tridimensional y poliédrica, por eso tiene muchas facetas, muchas caras. Lo que ocurre es que cada uno de nosotros nos solemos quedar con la que mas nos gusta, la que nos interesa o simplemente la que mas se ajusta a nuestras necesidades.

En el final de nuestra relación también se ha producido esta circunstancia. Si te paras a pensarlo, pueden darse muchas explicaciones, y todas tiene su parte de verdad precisa y su parte de verdad ajustada. En realidad, no existe la VERDAD, así con mayúsculas, existen verdades. Pequeñas verdades, que son parciales, casi personales, que nos abrigan y nos hacen sentirnos mejor, como si fuéramos buenas personas.

En nuestro caso, hasta la fecha hemos “acordado” que la verdad es más o menos como sigue:

Desde hace meses, tu te sentías incomoda con la relación que manteníamos –literalmente, “te sentías atrapada y hundida en el fondo de una cueva”-. Al parecer me mandas sucesivos y desesperados mensajes de auxilio, pidiendo “tu liberación”, algo que yo no soy capaz de captar. Abatida y desesperada, te marchas de vacaciones a un lugar donde encontrar paz y tranquilidad y olvidarte de mí. En ese lugar, conoces a “un pesado” que “no significa nada para ti” y terminas mas o menos enrollada con el. A la vez me dices que se ha acabado lo nuestro. Mantenéis una relación sexual activa. Lo invitas a tu casa. Visitas la suya. Te presenta a su familia. Lo presentas a tu familia –virtualmente- y os constituís en pareja.

Mientras, yo quedo declarado “la persona mas importante de tu vida” –persona, que no hombre- y luego soy degradado a la categoría de “un buen amigo”. Quieres seguir contando con mi amistad, mi compañía y mi conversación, siempre y cuando no interrumpa, altere o interfiera en tu relación de pareja. Yo por mi parte, debo de retomar mi vida familiar y de pareja –por mi bien- y vivirla plenamente. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Sin duda es una versión. No es mala, a ti te va bien, acalla tu conciencia y te resulta cómoda y acogedora. Has sufrido mucho. Entiendes que yo sufra mucho y hasta estas dispuesta a aguantarme y darme consuelo.

Después de mucho sufrir, yo decido que es mejor que nos distanciemos y que dejemos enfriar nuestra relación, para poder superarlo. Tú lo pasas mal, muy mal, pero me entiendes y te sacrificas por mí. Todo es culpa mia

Ante mi decisión de abandonarte, desconsolada, te abrigas en los brazos de tu novio y te consuelas durante el lúgubre fin de semana de Todos los Santos, triste y afligida.

Sin embargo podrían existir otras versiones. Por ejemplo:

A ti te agobiaba y te amargaba nuestra relación, vale. Pero nunca dijiste claramente “se ha acabado”. Muy al contrario mandabas mensajes equívocos: Una semana antes del fatal desenlace, paseábamos juntos por Valencia como novios cogidos de la mano y así me presentaste a tu hermano; el día antes de tu partida hacia Almería todavía hicimos el amor, y no pareció que te repugnara; el mismo día de tu partida aun me besaste y echaste unas lágrimas.

Como yo soy un tipo muy agobiante, te llamo todos los días. Cada día me cuentas como te van las vacaciones. Al tercer día de tu llegada, después de ser una de las únicas mujeres en topless de todo el Hotel, te aborda tu nuevo novio. Me lo cuentas, pero para no herirme me dices que “es un pesado”. Sin embargo, al quinto te acuestas con el.

Al parecer es bueno en la cama y una semana después, el último fin de semana de agosto te lo traes a tu cama para rematar la faena. Mientras me mientes diciendo que no es nada importante para ti, que lo vuestro no tiene futuro etc, etc, etc….

Yo vuelvo a primeros de septiembre y es entonces, en persona y cara a cara cuando me dices que si quiero que sigamos juntos, debo dejar a mi mujer y a mi hijo, y esperar solo, durante un tiempo “razonable” para que volvamos a comenzar –que no retomar- una relación mas o menos –mas bien menos- “pública”. Mientras tanto, tu con tu novio “para que no sospechen” y yo, pues eso a esperar mi turno. Si llega.

Como me conoces bien, como soy bastante transparente, sabias que no lo iba ha hacer, ni dejaría a mi familia, ni me iba a decidir por cruzar el desierto que me imponías solo. Así las cosas la solución era sencilla: como yo seguía con mi relación familiar, tu no podáis seguir conmigo y te “veías obligada” a continuar con tu nuevo amor. Unas lagrimitas, un te quiero mucho, lo de la “persona mas importante de mi vida” y aquí paz y allá gloria.

Pero hete aquí que yo me lo planteo. Comienzo a abrir una crisis con mi pareja que esta a punto de dejarme en la calle al menos en dos ocasiones. Esto no estaba previsto. Comienza a preocuparte: “a ver si se va a separar y me toca cargar con el”, debiste pensar. Entonces comenzaste a insistir en la necesidad de que me tranquilizara, que tomara las cosas con calma, que no tirara las cosas por la borda, etc…. Hasta tal punto te viste la cosa encima, que comenzaste a preocuparte por mis “condiciones de salida” patrimoniales y económicas.

Finalmente, la sangre no llego al río, todo se recondujo. Me hiciste ver que era lo mejor, que siempre seria alguien muy importante para ti. Que me querías. Que me deseabas. Que me añorabas, pero lo nuestro no podía ser, que debíamos ser amigos, que tu tenias que serle fiel y leal a tu nuevo novio, que tu no eras de las que jugabas a dos bandas, y bla bla bla….

Solo que a ultima hora, yo me siento un cornudo, utilizado, burlado, engañado y decido romper todos los vínculos que hasta ahora nos unían. Tu te muestras aparentemente afectada, casi dolida y a otra cosa mariposa, que tu novio viene este finde y te puedes dar una fiesta de sexo de casi cinco días y cuatro noches, que no es moco de pavo.

Como veras los hechos son básicamente iguales, su calificación y su descripción es lo que varia. Sin embargo las dos versiones son esencialmente “verdad”. Pero aún podríamos tener una tercera versión, como esta:

Nos descubrimos en una celebración del aniversario de mi empresa, nos provocamos, nos calentamos y nos comemos la boca. La cosa no va a más, porque tu no quieres. A partir del día siguiente, yo comienzo a insistir, casi a hostigarte y finalmente, a pesar de que tu “no te lías con hombres casados” nos vamos a la cama.

En la cama la cosa no funciona mal, o al menos eso me parece a mí. Y a partir de ahí comenzamos una relación de pareja –pareja de amantes-, que nos ha llevado hasta hoy. No obstante, no es el tipo de relación que a ti te gusta y te apetece, aunque no esta mal mientras no aparezca otra cosa.

Así las cosas, y aunque estamos juntos, no dejas de tantear otras posibilidades. En ese punto pruebas con el J tu antiguo amante y concuñado, que viene a verte desde tu ciudad. “Catas” el producto, valoras los pros y los contras y no continúas. Luego lo intentas con un prejubilado del grupo de baile y tampoco. También aparece M el de la Fundación Cultural, pero después de haberlo intentado tampoco te parece lo mejor –con niña, problemas y ganas de medrar a tu costa-. A continuación llega Á, desde Madrid, unas copas en fiestas, te invita a su habitación …… Finalmente no, no te convence.

Por fin aparece CH. Un caballero. Amable, gentil, atractivo, bien visto por la autoridad, besa bien y quien sabe si también te habrá hecho mas cosas bien. Pero -siempre hay un pero- no termina de convencerte, esta casado y no te atiende tanto como tu necesitas y estas acostumbrada. Para sexo pasajero y sin compromiso, pues ya estoy yo.

Finalmente, todos mis esfuerzos por disuadirte de sustituirme por otro habían dado sus frutos. Hasta que llego Almería y tu Musico. En este punto, habías encontrado un buen candidato: te mima, te atiende y te adora –a veces en exceso, pero a nadie le amarga un dulce-; te proporciona buen sexo –cantidad y calidad-, es soltero; es discreto y no es tan posesivo como yo; y sobre todo: vive lejos. No te agobiara como lo he venido haciendo yo. Además, por su estado civil, se le puede llevar a todas partes sin problemas y quieras que no tiene una situación familiar, social y profesional más que respetable, lo que no es de despreciar.

En resumen el hombre perfecto. Así que con las mismas, te acuestas con él, te lo traes a tu casa, te vas a la suya, te presenta como su novia a familia y amigos, lo introduces en tu familia y todos felices.

¿Todos? Bueno, estoy yo, pero a mi se me da puerta con una historieta mas o menos sensible, con un cuento infantil de los de la Reina Fabiola y sanseacabó. Como yo me reboto al final, y decido cortar amarras, pues mejor que mejor: te muestras despechada y herida, yo quedo tan contento pensando que quien ha “cortado” he sido yo, y me marcho con mis cuernos a otra parte. Fin del asunto.

Como verás en esta versión tu sales un poco peor parada, te muestra como una mujer dispuesta a abandonarme en el momento en el que aparezca algo mejor y que no te cause molestias, y cuando eso ocurre, pues fuera y otro. Como los pañuelos deshechables.

Sin embargo pueden haber más versiones:

Otra en la que yo soy un malo malísimo, desalmado y cruel que te manipula y te relega a la oscuridad de una cueva tétrica de la que solo te saco para utilizarte sexualmente, machacándote y anulando tu personalidad. Entonces, en tu huida de este encierro encuentras a quien te saque de la cueva y desde luego se encargue de mantenerla cerrada para siempre.

Otra en la que yo soy un Don Juan, interesado y sospechosamente sensible que te roba el corazón y te mantiene engañada hasta que tu abres los ojos a la luz y encuentras a un hombre bueno, que aun no siendo el hombre de tu vida, te da amor, amistad y cariño para que puedas salir del pozo.

En fin, serian muchas, casi incontables y no te quiero cansar. Casi todas ellas tienen una parte de verdad, aunque no toda la verdad. Y muchas veces nos encontramos, parafraseando a Al Gore, con una verdad incomoda. A mi me gustaría creer tu verdad, pero tu y yo sabemos que escondes cosas, pequeñas parcelas de verdad que guardas para ti y que a lo mejor no son tan cómodas como la versión que te gusta mantener como oficial.

Quien sabe, a lo mejor te asusta querer a alguien, a lo mejor no sabes o simplemente no quieres. Quizá necesitas estar sola, pero garantizándote un apoyo mas o menos estable y un poco de sexo –a ser posible bueno- . A lo mejor es verdad y he sido el amor de tu vida, y me quieres, o al menos me has querido mucho. A lo mejor te duele de verdad verme hecho una mierda, sintiéndome un cornudo abandonado. Quizá no querías hacer eso pero el tema se te ha ido de las manos. O simplemente, como los buenos trapecistas, no sueltas el trapecio hasta haberte asido fuertemente al otro.

Que es verdad?. No lo se. Como verás he seguido tu consejo, y aunque esta noche, no he dormido mucho, a cambio he encontrado un momento para intentar verlo desde tu punto de vista y he comprendido que hay muchos puntos de vista.

¿Has intentado ponerte en mi lugar? Podrías hacerlo, tal vez recordarías cuando tu ex-marido te puso los cuernos con una becaria, o alguna otra circunstancia análoga. A lo mejor así puedes imaginar como me siento. Puedes comprender conceptos como: humillado, utilizado, desdeñado, dolorido, etc…

Pero no quiero entretenerte más, sólo espero y deseo que el destino pague a mi sucesor con la misma moneda, y que así pueda sentir aquello que dice la canción de Jorge Drexler: “cada uno da lo que recibe, luego recibe lo que da….”
Aunque necesitaría mas tiempo, mas papel y memos dolor para explicártelo todo, creo que no vale la pena seguir molestándote, tienes un montón de cosas que hacer, hoy es casi fiesta y viene tu novio, así que voy a dar por finalizada esta carta. Para ello nada mejor que los versos de Neruda en su poema 20:

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

martes, 30 de octubre de 2007

Dia cero.

Ayer estuve leyendo el bolg de Amanda me di cuenta de que he tomado la decision adecuada. Me cuesta, pero me reafirmo en que es lo mejor.

Por la tarde, hacia las ocho, pase bajo la ventana del despacho de C. estaba abierta, seguramente estaba dentro, por que una de las hojas estaba ligeramente cerrada. Me acorde de que tenia que pedirle unos papeles y un CD con musica para un evento, pero me contuve y no la llame. Segui mi camino triste, profundamente triste, pero con el convencimiento de que hacia lo que debia.

Durante la noche, mientras dormitaba "El gran Gastby" en la tele, me asaltaron pensamientos sobre ella, su novio, su vida futura, una boda, su hermano, su hermana, nosotros, etc... No se si estaba despierto o soñando, el hecho es que me fui a la cama con mal sabor de alma. Que se le va a hacer, no se puede renunciar al paraiso en un dia y ademas disfrutar.

Recordé, una vez mas, lo muy caprichoso que es el destino con los simbolos, en referencia a una botella de colonia -Carolina Herrea-, que se ha convertido en una metafora de nuestra relacion. Me la regaló en un aeropuerto, durante una de nuestras escapadas a Madrid, y la dejamos en su casa para que yo pudiera tener colonia cuando estuviera alli. En realidad se trataba de impregnarme de un olor conocido y masculino que disimulara su olor en mi cuerpo y el inevitable perfume que el sexo y el placer compartido dejaba en mi piel y en mi vida. Solia dejarlo en su baño, justo arriba del armarito con el espejo.

Aunque yo soy un autentico adicto a los perfumes, este ha durado bastante. Supongo que su uso se fue restringiendo conforme nuestros encuetros carnales se fueron espaciando. Siempre estuvo alli: cuando su hermano vino de Roma, cuando su otro hermano y su cuñada se quedaron un par de dias en su casa y hasta creo que en las primeras visitas de su novio -aunque supongo que ahora desaparecera-.

Hace unos dias, cuando visite su casa por última vez, me puse un poco de perfume y me di cuenta de que casi no quedaba y me pregunte que pasaria ahora: se daria cuenta de que ya no quedaba y repondria la colonia? tendria que decirle yo que comprara otra? la compraria yo? la haria desaparecer?

Confieso que me intrigaba, porque cada opcion significaba cosas distintas. Sin embargo, el domingo me di cuenta de que aquella botella de Carolina Herrera no era mas que una cruel metafora del destino y que al acabarse, finalizaba nuestra historia.

Quien sabe, todavia quedaba un resto. Si no la usa su novio o no la tira, aun queda una esperanza o la excusa para una conversación lao necesidad de una justificación "un amigo se la dejo aqui..." . Aunque yo preferiria, como dice Amanda, ser su ex-amante, que no un amigo mas.

La otra metafora curiosa sobre nuestra relacion son mis gafas. Si. Yo llevo gafas. Las llevo desde que tengo tres años y son uno de los rasgos distintivos de mi imagen y de mi personalidad.

Pues bien, el sabado anterior -el mismo dia que lo del perfume- C me cogio las gafas y como de costumbre me riño por lo terriblemente sucias que estaban. Se dispuso entonces a limpliarlas con un paño y entonces "crack" se quebraron en sus manos como si fueran de papel. En una mano la patilla y en otra el resto de las gafas. Se azoró, me dijo que ella no habia hecho nada, que no entendia.... Es curioso, ella tan cuidadosa y metódica se habia cargado las gafas, mientras que conmigo habian sobrevivido a todo tipo de golpes, caidas, tirones, etc... Supongo que hay veces que por mucho que mimes y cuides las cosas, si se han de romper, pues eso, se rompen.

Aunque seguramente no se trata mas que de un delirio literario por mi parte. En realidad lo de las gafas se arreglo con 100 euros y lo de la colonia basta con tirarala y cambiarla por otra marca, vamos que con otros 70 euros resuelto. Supongo que hay que adaptarse a los nuevos tiempos.

PD Mar se preocupa por mi. Creo que es la unica persona en el mundo -junto con mi secretaria y por supuesto C- con la que puedo compartir esta decision. Me hará falta mucho teson, mucha fuerza y todo el apoyo que pueda conseguir para avanzar. Pero creo que a pesar de todo estoy bastante bien, atendiendo a las circunstancias.

domingo, 28 de octubre de 2007

Adios

Lo he pensado mucho, pero ya no puedo más. He hablado con C esta noche y le he dicho que es mejor que acabemos con esta relacion, sea cual sea la relacion que mantenemos. Que cortemos todas nuestras comunicaciones.

Sufro mucho, me siento engañado y un poco utilizado. Ella me repite una y otra vez que me quiere, que soy muy importante para ella. Y estoy seguro de que lo dice de corazon. Sin embargo yo siento que estoy pasando a un papel secundario en su vida. Tiene derecho sin duda, pero yo ya no puedo mas. Uno no puede pasar de ser amante a amigo en unas pocas semanas, mientras que otro ocupa tu lugar en su cama y en su vida. Y encima se la folla bien.

No se me puede pedir que sea amigo, confidente, consejero, compañero y complice y que renuncie de la noche a la mañana a verla como una mujer a la que quiero y deseo. No.

Cada uno tiene su parte de responsabilidiad en esto, asi que cada uno debe asumir lo que le toca. Yo voy a estar jodido, mucho, pero tengo que superarlo y es imposible que lo supere con ella cerca.

Ella tiene una nueva vida, es posible que en alguna ocasion se acuerde de mi -para elegir un conjunto o para combinar los pendientes- pero se le pasara, tiene quien le ayude a pasarlo. Tambien esta su familia, su Amo y su trabajo. Ademas esta su archiconocida coraza. Se vestirá con ella y nadie notará nada, y depaso resistira a cualquier ataque de añoranza o de recuerdo que pudiera sobrevenirle.

Como es muy disciplinada -y un poco orgullosa-, se que no me llamará, que no aparecerá por ningun acto que yo organice y que eludirá, incluso, cualquier contacto profesional, que muy sutilmente desviará a traves de nuestras colaboradoras. Ella nunca da un paso a tras, ni para coger impulso.

Yo trataré de hacer algo parecido, pero como no soy tan firme, ni tan recto, seguro que la cagaré en cualquier momento. Por mi parte intentaré impulsar mi relacion de pareja, y quiza me deje llevar por algunos cantos de sirenas que ultimamente he escuchado susurrarme al oido. Al fin y al cabo un buen polvo tambien tiene efectos terapeuticos, tal y como ella misma ha podido comprobar.

Lo que mas me jode es que despues de todo este tiempo, cuando me he despedidio de ella, no he sentido ninguna cercania por su parte, y para despedirse de mi le ha bastado con un triste: "Suerte..." sin mas

Me muero

Este finde ha participado a su familia su nueva relacion. Todos se han mostrado felices y satisfechos. Hasta su hermana la ha apoyado y alentado. Ella esta mas convencida que antes. Quiere llevar esta historia adelante. Hasta ahora me ha engañado y se ha engañado diciendo que no tiene intencion de llegar muy lejos. No es cierto, y ahora lo sabe.

No puedo vivir sin ella, pero no puedo vivir asi. Lo mejor sera que desaparezcamos el uno para el otro. Estoy muy, pero que muy jodido y ya no aguanto mas.