viernes, 16 de mayo de 2008

FIESTAS

Cancion


Hoy me han llamado para preguntarme sobre las fiestas de un pueblo cercano. Esa pregunta me ha llevado a acordarme de mi amigo Pepe –Pepito-, así que le he llamado y le he felicitado porque hoy comenzaban las fiestas de su pueblo.

Curiosamente también hoy me han pedido, casi me han exigido –en realidad me lo pidieron hace una semana-, que escribiera un artículo sobre las fiestas de mi ciudad.

Así que reflexionando un poco, me he dado cuenta que para aquellos que hemos nacido a las orillas del Mediterráneo, la fiesta es una parte esencial de nuestras vidas.

Son muchas las veces que la fiesta nos embriaga, nos resta lucidez, maquilla nuestro entorno hasta hacerlo confuso. Incluso hay veces que la fiesta nos deja un poco “tocados”, descolocados. Sin embargo, siempre volvemos de la fiesta.

La fiesta nos permite ser esos ciudadanos respetables, formales y sensatos que somos. Nos permite vivir un cuarto de hora de felicidad plena y soportar largas horas de amargura.

Tengo la impresión de que la fiesta -un solo día de fiesta- nos salva. Nos salva hasta de nosotros mismos y nos sirve como terapia para afrontar las dificultades, los disgustos, el hastió y la tristeza a que nos asedia durante los otros 364 días de cada uno de nuestros años.

La fiesta nos agota, pero nos da energía para afrontar nuestro quehacer diario. La fiesta nos harta, pero nos da fuerza para aguantar el hastío del día a día. La fiesta, hasta nos arruina –de vez en cuando- pero nos da un motivo para “hacer economías” el resto del tiempo.

Y no me refiero única y exclusivamente a las fiestas sociales o a las fiestas populares, en la que podamos participar, también me refiero a aquella fiesta que el sabio Benedetti describió en su poema:

“una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo”

Permitámonos la fiesta, disfrutemos de cada fiesta. Celebremos. La vida se complica tanto, nos jode tanto, que festejar es nuestra única salvación

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues naaaaaaaaaaa. A festejar se ha dicho, si señor.
Un beso.
Mar