miércoles, 10 de octubre de 2007

Vivir sin aire


Cómo quisiera poder vivir sin aire...

Cómo quisiera poder vivir sin agua...
Me encantaría quererte un poco menos.
Cómo quisiera poder vivir sin ti.

Pero no puedo, siento que muero,
me estoy ahogando sin tu amor.

Cómo quisiera poder vivir sin aire.
Cómo quisiera calmar mi aflicción.
Cómo quisiera poder vivir sin agua.
Me encantaría robar tu corazón.

¿Cómo pudiera un pez nadar sin agua?
¿Cómo pudiera un ave volar sin alas?
¿Cómo pudiera la flor crecer sin tierra?
Cómo quisiera poder vivir sin ti. Oh No

Pero no puedo, siento que muero,
me estoy ahogando sin tu amor.

Cómo quisiera poder vivir sin aire.
Cómo quisiera calmar mi aflicción.
Cómo quisiera poder vivir sin agua.
Me encantaría robar tu corazón.

Cómo quisiera lanzarte al olvido.
Cómo quisiera guardarte en un cajón.
Cómo quisiera borrarte de un soplido.
Me encantaría matar esta canción

MANA



Cuando un día sale mal, solo queda esperar a que el siguiente mejore. El domingo fue uno de esos días que es mejor no repetir. Ni tan siquiera recordar.

La mañana comenzó fatal. Llame a C. aprovechando que tenia un rato libre y alejado de mi entorno familiar –algo que ella se encargo de reprocharme después-. En cuanto contestoó al teléfono supe que algo –todo- iba mal. Primero lo negó y finalmente reconoció que estaba molesta –que no enfadada, ella no se enfada, yo si- por mis comentarios del día anterior en relación a su corte de pelo, su novio, su sumisión etc..

Se trata de la misma conversación que luego reproduje en estas paginas. Al parecer yo no había entendido nada –que novedad-, ella no había dicho aquellas palabras o al menos no recordaba haberlas dicho así –que curioso- y culminó con un buen puñado críticas dirigidas directamente contra mí.

Para más complicación, se me ocurrió pedirle que me dejara llamarla en algún momento del próximo fin de semana, en el que viajaría al sur, a casa del músico de su alma.

Acabáramos.

Todo se transformo en un inútil y sucio cruce de recriminaciones, censuras y criticas, verbales y escritas a través de mensajes. Se que yo soy jodido para eso. Tengo una gran capacidad de agresión verbal. No estoy orgulloso de ello, pero es asi y soy consciente de que puedo llegar a ser excesivo, casi cruel.

Claro que C. tampoco es caperucita roja, tal y como ella quiere hacerme ver. En ocasiones, con sus criticas y sus observaciones, tiene la precisión, la destreza y habilidad de un lanzador de cuchillos. Eso si, como un buen lanzador, no atraviesa a su partenaire, pero deja bien claro que podría hacerlo.

Lo peor es que yo critico su actitud, le pido, le ruego, trato de sentar otras bases para esta relación, trato de negociarlas con ella. Sin duda, soy critico con algunas de sus posturas, que considero inadecuadas o rígidas. A cambio sus recriminaciones son relativas a todo lo que yo he hecho en el pasado y que ya no puedo remediar.

Me sentí fatal, desastrosamente mal, considere que todo aquello era innecesario. Supuse que ella estaría mal también y quise remediarlo. Llegue tarde. Cuando llamé para disculparme, para tratar de remendar aquella situación, tuve que hacer cola y esperar mi turno, aunque me temo que para entonces ya estaba consolada.

"No se puede tener todo a la vez me" me recrimina una y otra vez C. invocando mi estado civil en referencia a nuestra relación o ex-relación. Sin embargo ella si puede tenerlo todo, y tenerlo en la medida que ella decida, sin pararse a pensar en los demás.

Seria perfecto si yo recupero mi relación familiar y de pareja, a la vez que ella ahonda en la suya. Yo la dejo en paz, ella es feliz en su “piscina climatizada” y yo puedo ejercer de “amigo del alma” que incluso algún día -quien sabe- podría tener “derecho a roce” para compensar.

Claro que yo soy un tipo profundamente egoísta. Un tipo que no piensa en ella –solo en mi- , soy manipulador, la he sometido, he impuesto mi voluntad sobre la suya y poco menos que he contribuido –de forma activa- a mantenerla en una cueva oscura y sombría. Menos mal que como con las Murallas de Jericó, ha bastado con hacer sonar las trompetas –o el saxo, que tanto da- para hacerlas caer y liberar a sus habitantes.

Y a mí que me den por saco. I

gual resulta que Mar tiene razón en su comentario. Quizá ella debería salir de mi vida igual que yo ya sobro en la suya.

Yo que se.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A ver si te aclaras un poco. Leyendo tus post yo creo que ella en parte tiene su razón.
Tu dejaste que "Tu" mar se llenará de tiburones por no dejar "tu" tranquila piscina. Así que nunca le puedes reprochar nada.
Es díficil que las cosas sigan igual cuando se ha hecho ya daño.Yo diría que imposible.
Tú lo has dicho..."llegue tarde".
Recuerda que tú tambien estas en "tu piscina climatizada".

De momento dejala respirar. Olvidate de ella. Haz como que no te importa ya.
Cuando a una mujer la acosan de esa manera se sube a los laureles. Si pasas de ella, quizas reaccione y se sienta herida y quizas vuelva.
Es solo un consejo que la mayoría de veces funciona.
Un beso y animo. Que todo pasa.

guadalmedina dijo...

Cuando sea mayor quiero ser como tu. o conocer a alguien como tu. Un beso. Gracias. Tocarme las narices, es necesario o de lo contrario pensare -ya lo pienso- que soy cojonudo.
Gracias una vez mas