sábado, 23 de febrero de 2008

Palabras

Las palabras son las herramientas que nos sirven para poder contar a otros lo que sentimos.

Las palabras son, a veces, pistolas cargadas, que dejas sobre una mesa, a la mano de cualquier insensato. Las palabras son los hilos que nos permiten tejer nuestras relaciones. En ocasiones son dulces como un postre, tiernas como un bizcocho, o amargas como el buen café. En ocasiones son acogedoras y abrigadas, nos acunan y sentimos el roce suave de sus letras. Otrs son ariscas, ásperas y nos raspan hasta agrietarnos la piel del cuerpo o del alma.

Hay que ser cuidadoso con las palabras. Una palabra puede ser afilada y cortante como un bisturí, puede clavarse y cortar. Puede rasgar el corazón y los sentimientos de otro con la precision de un lanzador de cuchillos o con la precisión quirúrgica de un carnicero.

Las palabras curan. Sanan. Salvan. Pero también matan, dolosa o culposamente. Hay veces que las palabras son como la picadura del mosquito anofeles, en principio solo se trata de la inocente e incomoda picadura de un insecto molesto. Con un poco de tiempo comprendes que has contraído la malaria, y que aquella “estúpida” picadura va a amargarte el resto de tu vida.


Las palabras son así, las usas “sin querer” pero matan sin piedad. No hay excusas, uno debe de cuidad las palabras, porque las palabras lo único que hacen es expresar nuestros sentimientos. El resto, aunque resulte paradójico, solo es literatura.

Por cierto Perdón también es una palabra

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