No todo tiene que salir mal

No todo tiene que salir mal. La semana pasada volví a ver a mi medica, la internista que se ocupa de darme malas noticias y disgustos. Se trata de una pija que no debe superar los treinta y pocos, bastante seria y con un rictus desagradable que debe de haber aprendido con el ejercicio de su actividad profesional.

Una amiga mía, profesional de la sanidad, dice siempre que a los médicos les suelen entregar en el mismo saco su titulo de licenciado en medicina y un carné de gilipollas que al parecer las autoriza a ser absolutamente desagradables con el resto del mundo, en el ejercicio de su profesión. Pues bien, mi médica debió de obtener este carné en su categoría especial, lo que le permite mirar con cara de asco –cuando mira- a sus pacientes.

En fin, el caso es que esta semana estuve allí –otra vez- y me sorprendió con la grata noticia de que no tengo nada en el riñón. Al parecer parte de la medicación que estaba tomando para paliar mi colitis ulcerosa, había producido una alteración en los análisis. Una vez reducida la dosis de la medicación, todo ha vuelto a la normalidad. Mis riñones están de maravilla, mi intestino también y como me he puesto a régimen, mi colesterol ha bajado en más de 90 puntos porcentuales. En resumen, estoy de maravilla. Así que de momento no me voy a morir por causas naturales. Si me tengo que morir será de amor, de tristeza o en un accidente de coche –hasta los próximos análisis, claro esta.

Lo de C no va tan bien, supongo que yo sigo esperando que con C pase como con mi riñón: hoy todo es un problema y dentro de dos semanas resulta que todo era una falsa alarma. En el caso de C. el tema se complica sobremanera. Al parecer esta tan enamorada que esta dispuesta a tirarlo todo por la borda y marcharse a ser la esposa del director de la banda de musica municipal de no se donde. Al carajo con casi 15 años de trabajo, con un estatus, con su carrera, con todo, para ser la “señora de” o para acabar de cajera en un “mercadona” del pueblo de su marido.

Supongo que debería haberlo supuesto hace tiempo. C tiene vocación de sumisa, lo es con su Amo, y ahora simplemente se trata de cambiar de amo. Cuando hable con ella ayer, -en secreto, puesto que su nuevo amo no le permite hablar conmigo- me contó que estaba planificando su nueva vida, que tenia un proyecto conjunto, etc.…. También me dijo que debía de disfrutar de lo que tengo a mi lado. Y creo que tiene razón. Tengo una mujer magnifica, a la que quiero y admiro, en lo personal, en lo profesional y en lo emocional. Tengo un hijo genial: inteligente, sensible, sensato –más que yo- lleno de capacidades al que debo de ayudar a crecer, a mejorar. También tengo una amante estupenda, sexualmente espectacular, morbosa, imaginativa, que comparte conmigo muchas complicidades en lo público y en lo privado.

Quizá C. tenga razón, solo debo recordarlo de vez en cuando, cuando me mira con ojos de quererme follar, cuando se roza conmigo o cuando me jode el día escondiéndose de mi o llamándome psicópata. En fin, espero que sea feliz, pero que lo sea lejos, muy lejos de aquí. Donde no me sea posible saberlo, aunque conociéndome y conociendo mi puta costumbre de conocerlo todo, seguro que también me entero.